Entró por Corumbá a Puerto Quijarro. Antes andaba con el cabello corto y bien peinado, ahora se dejó crecer el pelo y la barba. Confesó que descuartizó a las víctimas

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11 de febrero de 2019, 4:00 AM
11 de febrero de 2019, 4:00 AM

Gustavo Santos Vargas Arias (37) después de matar a un niño de 7 años y a sus padres, además de cercenar los cuerpos y meterlos en bolsas en San Pablo-Brasil, se vino a Bolivia. Cruzó caminando la frontera de Corumbá a Puerto Quijarro, llegó a Santa Cruz en un motorizado de servicio público y vivió un mes y medio deambulando por varios alojamiento en la zona de la avenida 16 de Julio entre el séptimo anillo por la zona de la Villa Primero de Mayo.

Este hombre, que vivía en San Pablo por el negocio de talleres de costura, era visto casi siempre con el cabello recortado y bien peinado; sin embargo, al llegar a Santa Cruz, para burlar los controles, no se cortó el pelo, se dejó la barba y se vestía con camisas a la moda juvenil y gorra.

El ministro de Gobierno, Carlos Romero, y el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen, Gonzalo Medina, lo presentaron ayer.

Romero expresó que este hombre es el autor confeso del asesinato de Reynaldo Condori; de su esposa, Irma Morante, y de su hijo de 7 años el 15 de diciembre.

En contacto con los medios, Gustavo Santos Vargas dijo que Reynaldo Condori le debía dinero y tenían negocios que compartir en trabajos de talleres de costura. Dijo que Reynaldo no le cumplía, pese a que trabajaban duro.

“Nadie sabía nada de lo que hice; al niño lo maté dos días después de haber matado a sus padres. No sabía qué hacer, lloraba mucho y preguntaba por sus padres”, aseguró. Carlos Romero aseguró que por las pesquisas el móvil del hecho tiene que ver con pugnas de intereses, pues era socio en talleres de costura con la víctima, Reynaldo Condori.

Un hombre violento

Gladis Morante es hermana de la fallecida Irma Morante. Ayer llegó a Santa Cruz y entre lágrimas dijo que Gustavo Santos Vargas era un hombre violento que siempre sometía a malos tratos a su hermana y tenía bajo amenazas a la familia. Debe ser llevado a Brasil para que lo juzguen porque aquí la justicia es muy débil”, dijo.

Gonzalo Medina reveló que el sujeto, tras recorrer por varios alojamientos, halló a un amigo, alquiló un ambiente por la avenida16 de Julio. El dueño del local ayudó con datos hasta que cayó preso. Será llevado a Brasil y entregado a las autoridades.

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