Los pobladores dicen que estos hechos causan temor; el alcalde pide un mayor control en la frontera con Brasil. El cuñado del herido contó que la víctima fue hasta San Ignacio de Velasco para construir una casa

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19 de diciembre de 2017, 4:00 AM
19 de diciembre de 2017, 4:00 AM

Dos ataques con armas de fuego  que por poco terminan con la vida de dos súbditos brasileños se suscitaron en San Ignacio de Velasco en un lapso de 32 días. Estos hechos rompieron la tranquilidad en este pueblo que apuesta por fomentar su turismo y se dieron antes y después de que esta población chiquitana albergara una reunión de gobernadores y alcaldes de pueblos misionales jesuíticos de Sudamérica a fines de noviembre. 

El domingo anterior, Luciano Marcal da Silva Cardozo (43) recibió de parte de un sicario una descarga de por lo menos siete disparos con un arma calibre 22 y hasta el cierre de esta edición luchaba por vivir en una clínica en Santa Cruz. En un hecho similar, el 15 de noviembre, Luis Enrique Neves, un empresario brasileño de 34 años, fue baleado cuando llegaba a su casa en el barrio Chiquitano. Logró sobrevivir.

“San Ignacio es una ciudad tranquila, estos hechos son aislados y tienen que ver con gente presumiblemente con antecedentes penales, no lo sabemos. Nos preocupa porque puede perjudicar el trabajo que hacemos por potenciar el turismo”, señaló el alcalde Moisés Salces, quien atribuyó también estos hechos a una cuestión de “falta de presencia del Estado”, pues solo existen 60 policías en ese municipio, y que pese al esfuerzo que se hace hay poco control migratorio. 

Ante el hecho suscitado el domingo, el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), Gonzalo Medina, indicó que se está coordinando con el agregado policial de Brasil para constatar la identidad del brasileño herido y que un equipo del grupo DACI se encuentra realizando pesquisas en San Ignacio. 

Luciano Marcal da Silva está internado en la clínica Niño Jesús, mientras que Luis Enrique Neves se encuentra fuera de peligro y será citado para que colabore con las pesquisas, aunque ha dicho a la Policía que no logró ver a sus atacantes, comentó el subcomandante de Frontera, Denis Mejía. 

Mientras tanto, Lizeth Córdoba, directora de Migración en esta población chiquitana, manifestó que el brasileño está legalmente en el país y que hace varios años obtuvo la nacionalidad boliviana. EL DEBER conoció que el herido está casado con una abogada ignaciana que radica en Santa Cruz, y hace dos meses estaba alquilando, él solo, una pieza en el alojamiento donde fue baleado, a media cuadra de la plaza principal. 
Mejía señaló que se colectaron por lo menos siete casquillos calibre 22 en la escena del hecho y que existen videos y testigos. 

Eddy Ramos, cuñado del herido, dijo que este vive en Santa Cruz y que estaba en San Ignacio porque iba a construir una vivienda. Agregó a la Policía secuestró una vagoneta color gris de Luciano con fines investigativos.

Medina agregó que por las características de los sicarios que actuaron, hay muchas probabilidades de que los sujetos prodrían haber salido del país y se hubieran escondido en Brasil a través de un cruce no controlado.