Tiene 40 años, la mitad de ellos como miembro de la Policía. Es paceño, casado y padre de cuatro hijos. Resultó herido de un cachazo en la cabeza por un delincuente 

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18 de enero de 2018, 4:00 AM
18 de enero de 2018, 4:00 AM

Por su contextura delgada, su estatura que no llega a los 1,70 m, sus  40 años y su carácter amable pero reservado, el sargento Óscar Mamani Siñani no da la impresión de poder enfrentarse a un sujeto más alto y más pesado que él, corretearlo dos cuadras, forcejear, recibir un cachazo en la cabeza, ser derribado, levantarse ensangrentado y alcanzar de nuevo al delincuente para evitar el robo de Bs 269.000. Pero sí, lo hizo. 

¿Se considera un héroe por eso?, dice que él solo cumplió con su deber de Policía, aunque cree que su familia tiene razón cuando le dicen que está vivo por milagro, pues el delincuente le apuntó con su arma a él y a los testigos y presionó el gatillo en varias ocasiones, pero por suerte los tiros no salieron. 

EL DEBER encontró a Mamani ayer en su puesto de trabajo como encargado de seguridad de las oficinas de Derechos Reales en Warnes, luego de haber tenido un día de descanso por la herida que sufrió. Entraba y salía cargando expedientes entre las largas filas de personas que le hacían consultas sobre requerimientos oficiales en las ventanillas y otros que lo felicitaban por su valentía. 
Con su acción, evitó el robo de la remesa de la empresa Genex, luego de que un funcionario recogiera dinero de las sucursales de Montero y Warnes y fuera atracado al llegar a depositarlo en el banco Unión. 

Mamani rememora el hecho

“Yo estaba trabajando y escuché la bulla en el Banco Unión; gritaban pidiendo auxilio y un tipo escapaba por la calle con una mochila. Tuve que intervenir, agarré al delincuente que me apuntó con una pistola calibre 9 milímetros pero no salió la bala. Entonces me abalancé y en el forcejeo me tumbó y me dio un cachazo en la cabeza”, cuenta el policía nacido en La Paz que tiene cuatro hijos y que está destinado a Warnes hace ocho meses. 

Se levantó y empezó a correr otra vez, logrando alcanzarlo a dos cuadras de donde se inició la persecución. Allí, un grupo de vecinos le ayudaron. “El hombre era robusto por eso forcejeamos y dio batalla. Es la primera vez que me pasa esto en mis funciones. El trabajo del policía es así, de mucho riesgo; tuve mucha suerte que no salieron las balas y los transeúntes me ayudaron”, contó. 

El sargento dijo estar sorprendido y lamentó que un camarada suyo, también del Batallón de Seguridad Física, esté involucrado en el atraco. 

Los testigos que ayudaron

Yanine vende comida y refrescos en una esquina a una cuadra de Derechos Reales. “El delincuente apuntaba a todas las personas y decía que nadie se meta. Vi que detrás de él venía el policía sangrando de la cabeza; otra vez lo alcanzó y ambos cayeron. Ahí la gente ayudó a agarrarlo”, contó. 

Revela que el sujeto que corría con la mochila buscaba a su cómplice que lo estaba esperando en una moto, quien al ver el movimiento de gente escapó.

A una cuadra de allí, hay un taller de motos donde un trabajador, que por seguridad prefirió no revelar su nombre, contó que él junto a varios testigos ayudaron al policía. “Hubo gente que le echó hasta bolsas de basura para que dejara de forcejear, hasta que logramos reducirlo”, contó. 

Otros detalles del hecho

Felicitación del comandante
Desde La Paz, el nuevo comandante de Santa Cruz, coronel Alfonso Siles, destacó la labor de Mamani por su valentía en el cumplimiento del deber al punto de arriesgar su vida. A su vez lamentó que otro efectivo esté implicado con los malhechores. 

De vuelta al trabajo
Una curación al golpe que recibió en la cabeza, un reposo breve y Mamani siguió con su trabajo. 

El motociclista huyó
Esperaba al sujeto con el botín, pero al ver el movimiento de gente huyó. Luego fue capturado. 

ATRACADORES PIDEN PERDÓN Y VAN PRESOS 

Los involucrados en el asalto frustrado de Bs 269.000, Romer R.A., Gary G.A. y el policía Hernán Rosario O.S., quien filtró información sobre el movimiento de dinero, fueron enviados con detención preventiva a la cárcel de Okinawa por orden de la jueza Ruth Guerra. El fiscal Wálter Cisneros los imputó por robo agravado e intento de homicidio. Explicó que Gary G.A. era el motociclista que estaba esperando pero tuvo que escapar al ver el movimiento de la gente.

Los tres detenidos se abstuvieron a declarar ante el fiscal haciendo uso de su derecho constitucional y, ayer ante la jueza se limitaron a pedir perdón por la comisión del hecho delictivo.   

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