Muchos desconocen que la nieta de Eduardo Abaroa adoptó a Santa Cruz como su tierra, donde vivió 48 años y ayudó a superarse a cientos de chicos de hogares pobres

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16 de julio de 2018, 4:00 AM
16 de julio de 2018, 4:00 AM

El 15 de julio se recordó el centenario del nacimiento de una destacada mujer boliviana: Enriqueta Abaroa Claure de MacLean, nieta del héroe de la Guerra del Pacífico Eduardo Abaroa Hidalgo, que pasó la mitad de su vida en Santa Cruz, tierra que adoptó como suya y donde silenciosamente impulsó el voluntariado social en favor de los niños más desprotegidos.

La señora ‘Ketty’, como cariñosamente le decían sus amistades, murió hace 10 años, pero dejó un legado social de afecto, de simpatía, de liderazgo y muchos otros atributos en los que destacaba sin poner por delante su abolengo; por el contrario, prefería el perfil bajo, lo cual no significaba sumisión, pues era dueña de un carácter firme, culto y con principios que transmitió a sus hijos y a la demás gente que la rodeaba.

Llegó a Santa Cruz en 1960, con su familia. Su esposo Alberto MacLean trabajó en una algodonera y ella se adaptó fácilmente a la vida social cruceña porque gozaba de una personalidad genuinamente encantadora, recuerda Ana María Reyes Ortiz de Grisi, una de sus amigas.

Su herencia
“Ketty Abaroa fue íntima amiga de mi madre (Clara Mansilla). Cuando mi madre murió, yo heredé a Ketty como amiga, fue una de las grandes herencias que recibí. Ketty era una persona especialmente adorable, encantadora, con ella se podía hablar de cualquier tema. Era, además de elegante, fina y culta; donde llegaba irradiaba confianza, alegría, amor, cariño, era realmente excepcional”, reveló Ana María Reyes.

La descendiente de Abaroa inició su servicio social como voluntaria en el hospital San Juan de Dios y luego como fundadora e impulsora de
Pronides, un ente que puso en marcha guarderías para niños pobres que apuntaló por casi 30 años, graduando a muchos niños desprotegidos que se convirtieron en profesionales.

Para mejorar la calidad de vida de los niños puso énfasis en la nutrición, pues sabía que es un factor clave a temprana edad para el desarrollo educativo de las personas.

“Yo la admiraba al verla cómo trabajaba. Ayudaba a los hijos de las vendedoras de un mercado. Los alimentaba, los hacía bañar y los hacía estudiar”, reveló María Elba Landívar de Fernández de Córdova, una de sus amigas en Santa Cruz.

“Ella se dedicó en Santa Cruz por casi 50 años a la obra social de manera modesta y silenciosa, pero con gran efectividad. Y de eso podrá dar fe mucha gente que la conoció”, expresó su hijo Ronald MacLean Abaroa, exalcade de La Paz y ahora docente en Estados Unidos.

El perfil

Su hoja de vida
Enriqueta Abaroa Claure nació el 15 de julio de 1918 en Antofagasta (Chile). Hija de María Claure y de Eugenio Abaroa, tercer hijo del héroe de la Guerra del Pacífico Eduardo Abaroa. A sus 12 años fue enviada a estudiar al Temuco College, un internado inglés donde egresó como la mejor alumna. Murió en 2008.

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