La primera quincena de diciembre es la fecha tentativa para que los diversos ámbitos de las artes –y también los ciudadanos– expongan sus expectativas; al finalizar vendría un foro, que derivaría en la ansiada normativa

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26 de noviembre de 2018, 6:35 AM
26 de noviembre de 2018, 6:35 AM

Comenzaron con protestas y reclamos, y hoy están por sentarse a trabajar juntos. Los artistas que forman parte del colectivo Resiliencia y representantes de la Alcaldía dialogan desde hace un tiempo con miras a una ley de arte y culturas, que, según agenda tentativa, empezaría a gestarse en diciembre.

Según la actriz y representante de Resiliencia, Mary Monje, la labor se desarrolla a base de una iniciativa del colectivo. “Diagnosticamos nueve mesas artísticas y sectoriales que recolectarán información para una propuesta de ley, se pretende hacer una especie de FODA en conjunto con la Alcaldía”, explica. Si bien no están definidas las fechas exactas, se prevé que las mesas se instalen para la primera quincena de diciembre.

Monje enfatiza en la importancia de que la ley sea explícitamente de arte y de cultura. “Es el primer paso; entendemos que el arte está dentro de la cultura, pero queremos diferenciar por el tema de fomento (presupuesto), porque siempre las culturas serán más grandes que el arte. Van muchos años de autogestión, con una movida muy grande y fuerte que cada vez se puede negar menos, y que necesita apoyo”, dice.

Indica que aún no logran reunirse con representantes del Concejo Municipal para facilitarles datos de los avances; “en la medida en que esto avance necesitaremos apoyo”, reconoce.

Para el bailarín Diego Guantay, es positivo partir de las necesidades. “Hay que habilitar ejes que puedan abarcar con transparencia el desarrollo de cada sector y resguardar la credibilidad del hacer, que se generaría en la ejecución de proyectos”.

Demandas de los artistas

Ante la dinámica que se genera en torno a la posibilidad de la ansiada ley, varios protagonistas de las artes manifiestan sus expectativas de lo que debería ser.

La gestora cultural Valeria Catoira espera que cada sector exponga con claridad sus demandas, a fin de que sean incorporadas. “De forma personal, creo que debe garantizar –desde un marco normativo– oportunidades y recursos a todas las áreas, desde una visión estratégica de la cultura como pilar del desarrollo”.

Para el productor de cine Gerardo Guerra es la ocasión propicia para que la Alcaldía tome al sector como aliado para mejorar el desarrollo humano. “Demandamos que la ley evite que cualquier ítem sea libremente dispuesto, la cultura no puede ser nuevamente utilizada como un comodín para pagar cuentas de otros sectores. Un objetivo en particular son los fondos concursables. La ley no debe contemplar solamente asignación de recursos, sino también políticas de incentivo y fomento, para que puedan desarrollarse regulaciones, proyectos y actividades públicas y privadas”, opina.

Otra intervención es de la gestora cultural Cecilia Kenning, que enfatiza en la importancia de contemplar protección de patrimonios; impulso a las artes; fuentes de financiamiento; promoción de la cultura local; formación de los recursos humanos con escuelas de arte y diseño; conservatorios de música, danza y teatro; salas de teatro, museos, plataformas digitales y medios de comunicación o espacios especiales en esos medios; espacios de exhibición, venta y promoción; promoción de la investigación y creación de archivos y bibliotecas; competencias y premios anuales y otros incentivos y becas para la difusión de la cultura y los artistas en el exterior.

La pintora Roxana Hartmann considera vital incluir la figura del mecenazgo, “que un porcentaje de los impuestos de empresas que así lo decidan pasen a proyectos puntuales de artistas o colectivos, para producción de obra, difusión, etc. Será beneficioso en todas las áreas a escala nacional, subiendo el nivel de ejecución de los proyectos”, dice, y también aborda los fondos concursables específicos para cada área que estimulen la producción constante.

El gestor Fernando Figueroa dice que la norma debe garantizar recursos, y menciona la relevancia de formar públicos con el fomento y la regularización.

Si bien los artistas se han manifestado en favor de que se materialice la ley, para algunos no es el fin último. Ejti Stih cree que el tema es más complejo, la pintora y gestora opina que en primera instancia tiene que existir un conocimiento y voluntad política para apoyar y fomentar el arte y la cultura, pero con seriedad. “Miren la ley de protección a la mujer, y aun así, ¿cuántos feminicidios hay?, ¿de qué nos sirve esa ley?”, reflexiona.

Puntos de vista

Ariel Castillo, Chull One

Desde el lado de los hiphoperos, tal como manejamos esto y vemos que muchas artes se manejan de la misma forma, a través de la autogestión, consideramos que una Ley de Culturas tiene que ser más inclusiva, transparente, mostrar la manera de facilitar ciertos recursos, generar una dinámica que permita que todos sean partícipes del presupuesto, o de ciertos beneficios para el arte y la cultura. También creemos desde esta orilla que una Ley de Cultura debe apostar más a la juventud, recordemos que eso ocurre en muchos países, que dan más valor a las nuevas generaciones y eso es un ejemplo a tomar en nuestra región cruceña, que es muy diversa. Tenemos tribus urbanas que se articulan muy bien y que necesitan gestión para aportar a la cultura, una Ley de Cultura debe tener esa amplitud, como para acoger también a los artistas empíricos, no solo a los académicos, es la mejor manera de generar movimiento.

La idea no es centrarse solo en iniciativas de la Alcaldía, sino ramificarse en actividades en espacios abiertos, porque buena parte de la movida se desarrolla en esos lugares; al cruceño le gusta salir en familia, sobre todo fines de semana, a parques, se debe entonces potenciar esos sitios y darles más condiciones.

En cuanto a la transparencia de la norma, deben evidenciarse los movimientos del presupuesto en una página, qué y quiénes están haciendo las cosas. No basta con que exista una ley, sino que también deben ser personas idóneas las que manejen la cultura, que conocen el ambiente, para que trabaje de mejor manera.

Alejandra Barbery   /Gestora Cultural
El arte, la cultura y el patrimonio son aspectos fundamentales para la conformación de una verdadera ciudad. 
El fin de la ley debe ser el regular las acciones del gobierno municipal (en este caso) que fomenten, fortalezcan y promuevan la cultura y el arte en todas sus manifestaciones, atendiendo la diversidad y la interculturalidad, así como el reconocimiento y respeto por la libertad creativa y las expresiones artísticas de creadores y artesanos.

Debe ser parte de la gestión de gobierno municipal: el diseño, la formulación e implementación de políticas, planes y programas para contribuir al desarrollo cultural y patrimonial.
Debe ser parte de la gestión de gobierno municipal: la promoción y difusión de las actividades culturales y artísticas.

El gobierno municipal, debe hacer “gestión” en el tema. Pues una vez aprobada la norma (que siempre será perfectible en el tiempo), el gobierno municipal debe hacer “gestión” en el tema, pues su está llamado en primera instancia a su cumplimiento como autoridad y promotor para que exista –finalmente- un consumo cultural/artístico.

Se debe hablar de “arte, cultura y patrimonio”.
Es esencial que el espíritu de la normativa enaltezca el derecho a la libertad de expresión, en su sentido más amplio.

El arte y la cultura, en todas sus expresiones, constituyen una herramienta de expresión, inclusión social, de construcción simbólica de identidades locales y comunitarias. Pues debe tenerse presente como instrumento de cohesión y desarrollo social de manera transversal con otras áreas y ciencias (arquitectura, economía, sociología, entre otros), claves en la influencia en procesos de cambo social. 
La cultura genera dinero, evolución, industria e investigación.

El derecho a la cultura y el arte, es el acceso a la cultura y el arte, esa es la obligación de los poderes públicos. Si esto significa derroche, entonces es cualquier cosa, alejada de la “gestión cultural”.
Debe ser con vocación desconcentración y descentralización.

Es necesario apoyar a los artistas y agentes culturales, a través de los fondos concursables que deben ser parte del desarrollo de la cultura, pero para que todo esto exista pasa porque exista la voluntad política para hacerlo.

Una ley de arte y cultura, por sí misma, no solucionará las carencias legislativas relacionadas con la creación artística, la promoción de la cultura y la preservación del patrimonio. Para que una reforma tenga efectos, debe existir un proyecto legislativo que abarque el conjunto de leyes que se relacionan con la actividad cultural.

La Ley deberá estar encaminada a regular las condiciones necesarias para garantizar la libertad de los agentes creadores de cultura y arte, exenta de disposiciones que puedan interpretarse como mediatizadoras, restrictivas o dirigidas a la cooptación. 

Se necesita garantizar un presupuesto real y fijo en el ámbito municipal y también desde el orden estatal para el área de las artes, cultura y patrimonio.

Es innegable la vocación cultural de Santa Cruz. Los gobiernos, esencialmente el gobierno local, debe asimilar esta realidad en su gestión y administración de gobierno.

Por ejemplo, un recorte presupuestal, sólo demuestra que hay una falta de sensibilidad política con respecto al lugar que le da un gobierno a la cultura, el ate y el patrimonio.

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