La Alcaldía prioriza el control en la zona de La Ramada. Comerciantes que tienen puestos fijos reclaman más vigilancia. El nuevo mercado Los Pozos está casi vacío

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15 de octubre de 2018, 4:00 AM
15 de octubre de 2018, 4:00 AM

Marcelina Vallejos es una comerciante de 44 años, vende zapatos y ropa de vestir. Es muy tranquila, pero su buen humor cotidiano cambia cada fin de semana. A pocos metros de su tienda ubicada en la calle Caballero, zona de Los Pozos, varios vendedores ambulantes se asientan para ofrecer los mismos productos.

“Ellos no pagan impuesto, yo sí, nadie controla”, se queja la mujer. Y no es para menos, cada sábado y domingo, las calles del antiguo mercado es invadido por comerciantes ambulantes aprovechando el poco control del gobierno municipal.

En marzo, más de 3.000 gremiales informales, que vendían en las calles de este centro de abastecimiento, fueron reubicados a una nueva infraestructura, ubicada en la avenida Alemania y octavo anillo de la ciudad.

Pero las bajas ventas y el poco control que se realiza cada fin de semana, es aprovechado por estas personas, que retornan a sus antiguos espacios de venta.

Una de estas personas, Rosalba Rodríguez, ayer llegó a la calle 6 de Agosto para vender medias, calcetines y ropa de baño. “Allá (en el nuevo mercado) no hay venta y encima nos quieren cobrar patentes. Entonces, tenemos que volver a la calle”, justificó.

Una situación similar ocurre en la calle Quijarro. En esta arteria, más de un centenar de personas copan las aceras para vender su mercadería.

Luisa Guarachi es otra de las mujeres que llegó a este lugar para ofrecer ropa usada. “Es el único día que puedo aprovechar para vender, porque no hay muchos gendarmes, quienes nos quitan la mercadería”, dijo.

Una realidad diferente se ve en el nuevo mercado Los Pozos, ubicado sobre la avenida Alemania.

La enorme infraestructura solo tiene unos pocos comerciantes, que tratan de vender lo que pueden. “Hay que esperar que la gente se acostumbre y venga a comprarnos. Pero muchos vendedores han vuelto al viejo Los Pozos porque la Alcaldía nos quiere cobrar patentes”, afirmó Eloy Ortiz, que vende gaseosas en este lugar.

A unos pasos del puesto de Ortiz está Alicia Mamani, una mujer que vende CD, videos musicales y películas. Para llamar la atención, hace sonar clásicos de cumbia a todo volumen. “La gente escucha y se acerca a comprar”, afirma.

Ella esta cómoda en su puesto. “Ya no sufrimos, como cuando llovía, nos mojábamos y hacía frío”, afirmó. Sin embargo, la mujer de largas trenzas manifiesta que extraña las buenas ventas cuando ambulaba por el viejo mercado.

Jaaziel Yarari es más optimista, este comerciante, que no pasa de los 30 años, se dedica a vender películas. “A mí me va bien, hay que tener paciencia”, dijo.

Se prioriza La Ramada

Consultado sobre el tema el secretario de Seguridad Ciudadana, Herland Camacho, admitió el poco control durante los fines de semana en este mercado. Pero sostuvo que de lunes a viernes el control en el antiguo mercado de Los Pozos es mayor. “Trabajamos ahí (en Los Pozos) y en todos los mercados, todos los días desde las cuatro de la mañana”, aseguró.

Según Camacho, gran parte del personal de la Alcaldía se desplaza, cada fin de semana, hasta la zona céntrica de La Ramada, para evitar que los comerciantes ambulantes se asienten nuevamente en el espacio público.

EL DEBER recorrió esta zona y evidenció la presencia de guardias municipales, en especial en la avenida Grigotá, donde antes habían cerca de 8.000 comerciantes informales.

Sobre el poco control en Los Pozos, Camacho señaló que se tratará de subsanar el problema con la designación de más efectivos de la Guardia Municipal en los fines de semana. Lamentó que la gente siga comprando y fomentando la proliferación de este tipo de comerciantes.

“Pedimos a la población que use los nuevos mercados”, dijo.