Funcionarios municipales y gendarmes intentan acabar con la invasión de gremiales en este lugar. Los vendedores insisten

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4 de enero de 2018, 4:00 AM
4 de enero de 2018, 4:00 AM

Un nutrido grupo de funcionarios municipales y gendarmes fue enviado ayer a la rotonda del Plan Tres Mil para evitar que los vendedores ambulantes sigan ocupando los espacios públicos y que no dejan que avancen los trabajos de remodelación de las avenidas.

El concejal de Santa Cruz Para Todos Rómmel Pórcel estuvo al mando del grupo, el cual seguirá hasta que se realice un megaoperativo del que deben participar policías y fiscales, tal como sucedió en los alrededores del antiguo mercado Abasto.

“Hemos venido a explicar a los dirigentes que no pueden seguir en los camellones ni en las veredas porque no se permitirán más vendedores, pues la zona está siendo remodelada con bulevares, avenidas de doble vía y canales de drenaje. A los dueños de casa que alquilan sus veredas también les pedimos que no incurran en el delito porque pueden ser procesados”, manifestó Pórcel.

Pese a la presencia municipal, los comerciantes expresaron su molestia porque quieren seguir en el lugar, aduciendo que en los mercados donde se los ha asignado no hay clientes. Incluso llegaron a tener roces verbales con los gendarmes, pero no llegaron a la violencia. La tensión continúa en esa transitada zona del D-8.

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