Los investigadores indicaron que la empresa aérea pudo haber realizado otras operaciones en condiciones similares a las del día del accidente. Identificaron problemas en su capacidad de gestión económica y fallas en las medidas de seguridad

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28 de abril de 2018, 11:00 AM
28 de abril de 2018, 11:00 AM

El informe final del grupo de investigación de accidentes de Aeronáutica Civil de Colombia concluyó que la causa del siniestro del 28 de noviembre de 2016, cuando un vuelo chárter de la empresa LaMia se estrelló antes de llegar al aeropuerto de Rionegro (Colombia) acabando con la vida de 71 de las 77 personas que estaban a bordo, fue por la falta de combustible.

Sin embargo, la investigación que fue realizada por 22 profesionales de cinco países (Reino Unido, Estados Unidos, Brasil, Bolivia y Colombia) también precisa que los problemas del vuelo CP2933 comenzaron mucho antes de que el avión esté en el aire y detalla que la empresa planeó algo diferente a lo establecido en el contrato con el club de fútbol Chapecoense, equipo al que llevaba hasta Colombia para jugar la final de la Copa Sudamericana contra el club Atlético Nacional.  

“Todo el planeamiento se hizo para un vuelo directo y sin escalas... La empresa (LaMia) planeó algo diferente desde el principio”, dijo el coronel Miguel Camacho Martínez, jefe del equipo de investigadores que redactaron el documento, donde además se establece que la nave, un avión Avro RJ85, encendió las alarmas de una inadecuada cantidad de combustible 40 minutos antes del siniestro, señales a las que la tripulación hizo caso omiso.

Además, la documentación revisada también reveló que los pilotos del avión (Miguel Quiroga y Ovar Goytia) comenzaron a hablar sobre los problemas del combustible una hora después de haber salido del aeropuerto Viru Viru y tres horas antes del siniestro, registrado antes de las 23:00 del 28 de noviembre de 2017 en el municipio de La Unión, en Antioquia.  

El informe de Aerocivil señala que el piloto no declaró la emergencia sino hasta unos minutos antes de que la nave entre en falla total por la falta de abastecimiento de combustible.

“Durante el desarrollo del vuelo, y de acuerdo con los registros del CVR (equipo donde se graban las conversaciones de la cabina del avión), fueron repetitivos los comentarios de la tripulación acerca de la administración de combustible, en relación a la optimización del mismo en la fase crucero, en el descenso y sobre la posibilidad de aterrizar en Bogotá, Colombia, para reabastecer”, señala una parte del documento oficial.

Camacho además precisó, durante la presentación del informe final, que si bien la tripulación no hizo caso a las advertencias y señales de un inminente riesgo de sufrir el siniestro, que se agudizó cuando desde el aeropuerto de Rionegro le informaron que su descenso se haría con demoras por problemas con otra nave, también observan a la firma LaMia por la falta de apoyo a la tripulación en tierra, por los problemas económicos que observan tenía la empresa y por la falta de controles de eficiencia en la gestión de riesgos y dotación de combustible para los vuelos.


Hubo otros vuelos

El informe final sobre esta tragedia también ahondó en un aspecto que extraoficialmente se conoció poco después del siniestro y era que los vuelos de LaMia salían con combustible menor al que debían utilizar en sus operaciones, ya que se afirmaba que vivían en una permanente ‘política de ahorro’.  

No era la primera vez que la empresa LaMia hacía vuelos en esas circunstancias críticas de combustible, lamentablemente esto se sabe después de lo ocurrido, pero tenemos que ponerlo como una situación de riesgo latente, que sumada a estas circunstancias derivó en el accidente”, indicó Camacho y luego explicó que en las pesquisas realizadas se descubrió que la firma aeronáutica realizó operaciones similares, pero en la ruta a la inversa, es decir, Rionegro-Santa Cruz.


“Ese vuelo salió desde el aeropuerto de Colombia, porque en el plan de vuelo puso como destino el aeropuerto de Cobija (Pando), lo que era un ruta legal, pero en vuelo la tripulación decidió llegar de forma directa hasta Santa Cruz”, añadió el jefe de los investigadores.

La autoridad colombiana indicó que aunque no tienen evidencia, “muy seguramente el vuelo llegó hasta el aeropuerto de Santa Cruz con muy poco combustible... en esa ocasión sí los acompañó la buena suerte”. 

Repercusión y el proceso

La coordinadora de la Fiscalía Anticorrupción, Jackeline Severiche, manifestó que desde Sucre se pidió a la Fiscalía de Santa Cruz elevar un informe a base del último presentado por Aerocivil, en torno a la tragedia del avión de la empresa LaMia.

La autoridad manifestó que se activaron indagaciones a cargo de nuevos fiscales designados, pero que se tendrá que esperar que de manera oficial se remita el documento desde Colombia. Dijo que, por lo pronto, no se puede emitir criterio alguno y que todos los actuados serán elevados a la Fiscalía Departamental.

Consultados otros dos fiscales de la comisión, dijeron que hay una pesquisa en curso, pero que se está empezando de nuevo, porque se dejó el caso ‘paralizado’ al menos unos cincos meses.

Por su parte Jerjes Justiniano, abogado del exgerente de LaMia el general Gustavo Vargas Gamboa, después de conocer el informe de Colombia consideró que esas autoridades determinaron que hubo falta de previsión por el tema del combustible y precisó que las malas decisiones fueron tomadas por la tripulación. 

“Lamentablemente esas malas decisiones fueron tomadas por la tripulación y no se puede culpar al gerente Gustavo Vargas, que estaba a miles de kilómetros”, añadió.

El abogado Otto Ritter, del Consulado de Brasil, manifestó que el informe de las autoridades de Colombia no tiene nada nuevo y que solo se limita a especificar que hubo negligencia para realizar los vuelos por la escasez de combustible. “Para nosotros ese informe es insulso, pues no revela nada nuevo y ya se sabía que volaban con insuficiente combustible”, dijo el jurista.

La representante de las familias de los afectados por el siniestro en Brasil, Fabiana Vélez, dijo que todavía no tenían el documento oficialmente y detalló que las conclusiones son solamente de orden correctivo para los servicios aeronáuticos de los países involucrados en el hecho y no tienen carácter punitivo. 

Más del informe

Una mala práctica
“Había una pésima práctica de la empresa LaMia de ahorrar. No podemos decirlo con pruebas concluyentes, pero podemos señalarlo por los documentos que analizamos”.

La nave planeó
El informe indica que primero se apagaron los motores 3 y 4, y luego el 2 y 1, por lo que la nave planeó por algunos segundos antes de chocarse.

Control aéreo
La documentación ratificó la buena gestión realizada por la encargada del control aéreo en Rionegro, ya que priorizó, cuando supo de la emergencia, el ingreso de LaMia, que no se logró.