El programa  nacional Bolivia en la era de los biocombustibles permitirá la ampliación de los cultivos de caña y sorgo, y generar miles de empleos directos e indirectos

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7 de mayo de 2018, 7:39 AM
7 de mayo de 2018, 7:39 AM

Decididamente el área de cultivo de la caña de azúcar y del sorgo, se va a incrementar en los próximos años, con la producción de etanol que ya está en marcha.

“Gracias a la regulación pública del Gobierno para que los ingenios produzcan etanol, Bolivia puede esperar un enorme desarrollo agrícola, alimentario, pero especialmente en el sector energético, disminuyendo así la dependencia externa por combustibles fósiles”, manifestó hace dos semanas el presidente de la Cámara de Biocombustibles del Estado de São Paulo (Brasil), Miguel Dabdoub Paz, que llegó a invitación hecha por el Ministerio de Hidrocarburos y por el sector productivo, para disertar sobre la introducción del etanol y su mezcla con la gasolina.

Hace cuatro días, con la presencia del jefe de Estado, Evo Morales, y autoridades del sector público y privado vinculado a este quehacer, el ingenio Guabirá entregó en ceremonia realizada en esta agroindustria la primera partida de 10.000 litros de etanol a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).

Guabirá empezó primero porque ya cuenta con equipos y experiencia en esta producción. Ahora los ingenios Aguaí y Unagro se vienen equipando para producir el biocombustible, hecho que implica ampliar  la siembra de caña y sorgo.

En un análisis de lo que implica esta nueva esperanza para el agro, particularmente cruceño, el gerente general de relacionamiento interinstitucional del Instituto Boliviano de Comercio Exterior señala que en el país, con una inversión privada estimada en $us 1.600 millones, el área de cultivo se ampliará de 145.000 hasta más de 330.000 hectáreas.
En detalle, en ese cálculo Rodríguez señala que la ampliación del área de siembra demandaría $us 1.000 millones,  y $us 600 millones en la capacidad de deshidratación y almacenaje en los ingenios. 

“Todo esto sin comprometer la seguridad alimentaria. Este año se podría producir 80 millones de litros de etanol”, añadió.

Dabdoub Paz, en el seminario con los productores regionales, manifestó que “es falso el paradigma que plantea que podría crearse una crisis alimentaria cuando se introduce un biocombustible en la matriz energética del país. Eso no existe. Esa es una discusión que existió en el pasado. La producción de biocombustibles se ha incrementado en varios países y generado mucha fuente de trabajo,  como ejemplo en Brasil, Argentina y EEUU, entre otros”.

Gary Rodríguez señala que en un contexto en el que la tasa de crecimiento económico del país bajó por cuarto año consecutivo en 2017, “no podía ser más providencial este hecho, y tampoco podía haber una mejor noticia para el Norte Integrado, ya que teniendo que ver el 60% del precio del etanol con la caña de azúcar, el principal beneficiario será el productor cañero”. 

Entre los beneficios de la producción de etanol, Gary Rodríguez señala que sustituirá un 10% el consumo de gasolina fósil; se ahorrará decenas de millones de dólares por importación de gasolina y aditivos; ofrecerá al consumidor una gasolina con más octanaje; generará 27.000 empleos directos y decenas de miles indirectos.