Durante el XXV Foro de Sao Paulo, que se celebra en Caracas del 25 al 28 de julio, cientos de personas marcharon en apoyo del Gobierno de Nicolás Maduro y en rechazo a las sanciones impuestas por Estados Unidos al país sudamericano y a Cuba

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28 de julio de 2019, 9:45 AM
28 de julio de 2019, 9:45 AM

En la llamada ‘Marcha llamada por la Paz y la Unidad de los Pueblos’ ciudadanos, organizaciones sociales y partidos políticos de izquierdas de varios países hicieron un llamado a fortalecer la alianza de la izquierda mundial frente al "imperialismo" estadounidense y en contra de las sanciones impuestas por Washington al Gobierno venezolano y al de Cuba.

En la marcha participó el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, quien aseguró que están preparados para una "guerra absoluta" con Estados Unidos "en defensa de la patria y de la paz" e indicó que, en caso de una invasión de Estados Unidos a Venezuela, "el problema para ellos va a ser salir". "Aquí, nosotros hace 200 años echamos al imperio más poderoso de aquella época, y no estábamos tan preparados ni tan unidos", dijo el chavista en referencia a la guerra de independencia contra España.

En un borrador de su declaración final que, salvo imprevistos, será suscrita por unos 500 delegados el domingo el Foro de Sao Paulo -que este año tiene el lema de ´Por la paz, la soberanía y la prosperidad de los pueblos´- denunció las "agresiones sistemáticas contra la soberanía, autodeterminación y la integración" de los pueblos y alertó del "desarrollo de una guerra judicial" para encarcelar a líderes políticos y sociales de izquierdas en Latinoamérica. Este último punto en alusión a Luiz Inácio Lula da Silva, el expresidente brasileño, al que consideran un "preso político del capitalismo".

En este texto provisional las formaciones políticas y movimientos sociales de izquierda y progresistas de América Latina y el Caribe también se comprometen a luchar contra "el patriarcado, la xenofobia, el racismo, la criminalización de la migración y, en general, contra cualquier forma de discriminación por motivos étnicos, religiosos, de género u orientación sexual."

Esta reunión de líderes surgió en 1990 en la ciudad brasileña de Sao Paulo, impulsada por el Partido de los Trabajadores de Brasil para alentar el debate sobre la izquierda en el mundo tras la caída del muro de Berlín en 1989.

El partido opositor venezolano Primero Justicia (PJ) y estudiantes venezolanos rechazaron la celebración del Foro al considerarlo un gasto innecesario frente a la crisis que vive el país sudamericano. Según PJ el evento le está costando al país más de 200 millones de dólares y le está dando recursos venezolanos a delegados que "vinieron al país a apoyar a un dictador que viola los derechos humanos".

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