Creativas. Sonia Antelo de Weise, Erika Weise Antelo y Erika Suárez Weise, diseñan y costuran los sueños de las novias. Hoy cuentan las historias detrás de cada traje

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6 de diciembre de 2017, 4:00 AM
6 de diciembre de 2017, 4:00 AM

“Mi madre me contó que se olvidó su ramo y entró a la iglesia sin él, luego fue una prima a traerlo de su casa y se lo alcanzaron en plena ceremonia”. “A mi prima se le olvidó llevar los anillos, porque estaban en su casa. La boda religiosa se demoró una hora y ella aguardó en el auto afuera de la iglesia mientras su hermano fue a traer las sortijas”. “Al bajar del carruaje para entrar a la iglesia, a mi amiga se le engarzó la cola de su vestido de novia y se desgarró; tuvo que entrar a la sacristía y buscar aguja e hilo blanco para que su madre arregle el daño, el sacerdote celebró una ceremonia con mucha prisa, porque seguidamente tenía otra boda”. Como estas, hay muchas anécdotas que se producen en las ceremonias nupciales.  

Las historias son la otra cara de las bodas, sucesos de los que muchos no se enteran, casi siempre son divertidas y normalmente producto de la mezcla explosiva entre emoción y nervios que tienen los novios y familiares más cercanos ese día, sobre todo durante las horas previas al enlace, en la ceremonia o puesta en escena.

Algunas de ellas están relacionadas con el atuendo de la desposada. Como uno de los ítem más importantes de la ceremonia nupcial, el traje es motivo de mil y una anécdotas, por ello quisimos conocer algunas de esas historias de labios de 'la reina de los vestidos de novia', la diseñadora Erika Weise; de su madre y promotora del amor por la costura, Sonia Antelo; y de su hija, la creativa Ericka Suárez, heredera de esa pasión que las une día a día. 

La mamá costura desde hace casi cinco décadas; la hija, lleva un poco más de 30 años y la nieta ya suma 10. Son voces autorizadas para hablar del tema. “He diseñado más de 2.500 trajes de novias con mi mamá en todo este tiempo”, cuenta Erika Weise. 
Estas son sus historias más divertidas y a veces estresantes:

Los estilos más cotizados

E.W.: La tendencia de las novias es el vestido clásico, con encaje y con cola. Aunque he hecho trajes de novia color vainilla, marfil, crema, dorado y plateado. Fui la primera en hacer vestidos no tradicionales, dejando de lado el blanco. 

Y las telas más requeridas son las organzas y los encajes.

Cosa de cierres
E.W.: Es lo más común, como utilizamos cierres de seguridad, algunas novias o la mamá llaman y dicen: “El cierre no sube”, les recomendamos que agarren de abajo y lo suban con fuerza. 

Una novia rompió el cierre y me hizo ir volando a ayudarla y a costurarle el vestido en el cuerpo.
Trajes muy elaborados

S.A.: Una novia llamó sobre la hora de ir a la iglesia y me dijo que no le entraba el vestido, que no se lo podía poner. Me sorprendió, porque pruebo los vestidos cinco veces y hasta una semana antes de la boda. Tuve que ir a auxiliarla, y ocurre que se lo ponía volcado, por el lado del contraforro, o sea que quería entrar por donde no debía. 

E.W.: Cuando el vestido es muy trabajado y nos ha llevado muchos meses en su elaboración, voy a vestir a la novia porque me gusta que se vea impecable en las fotos.

Modelos ceñidos

E.W.: En otra ocasión hubo una novia que quiso un vestido tan tubo (muy angosto), que pensé que no iba a poder ni hincarse en la iglesia y hasta que se iba a caer. Nos invitó a su boda y nos dio miedo ir, pero fuimos a mirar desde lejitos. No pasó nada, gracias a Dios.
Otra me pidió un traje corte sirena que apenas le permitía sentarse y estuvo incómoda toda la noche. Por ello, siempre les aconsejo lo que les siente mejor. Aunque algunas no escuchan. 

Una joven me pidió un modelo que le dije que no le sentaría; insistió hasta que se lo hice en forro, cuando se ensayó, vio su error y aceptó mi sugerencia. Quedó feliz con el resultado.

Novias estresadas

S. A.: Estábamos probando el traje a la novia, recortábamos las capas y capas de tul, la muchacha estaba al borde de las gradas y apoyada en su madre, en ese momento pasó mi esposo y miró a la novia y nos dijo: “la chica está desmayada”; nosotras charlando ni nos dimos cuenta. 
En otra ocasión, durante la  prueba, se indispuso la novia, y corrimos con toallas para que no arruine el traje. El estrés y los nervios, por el ajetreo, a veces ocasionan estos contratiempos. Nos ha pasado en varias ocasiones, pero ya sabemos cómo reaccionar.

Trajes rotos accidentalmente
E.W.: Justo con el vestido de mi hija ocurrió un accidente. Nos llevó tres meses su confección. Una vez terminado, llevamos el vestido a la casa y realizaban una sesión fotográfica en el arreglo de su cabello y maquillaje. Eran las 17:00. La novia pidió que se coloque el vestido en un maniquí y por accidente se cayó sobre el trípode del fotógrafo, se rasgó el tul de la espalda. Salí volando al taller, con mi cabeza con ruleros y en bata de baño, llamé a la muchacha que me iba a ayudar, llegué, corté el tul, colocamos los botoncitos y salí con el vestido para que ella se vista a las 18:30, justo a tiempo antes de salir a la iglesia. Casi me volví loca, pero por suerte estaba en mis manos la solución. 

Algo similar le pasó a otra de mis novias, su perrito jugó con la cola del vestido mientras estaba colgado y lo rasgó. En ese momento empecé a costurar y a unir los encajes para que no se note el daño.

Accidente sin daños mayores

E.S.: Mi primera novia la hice en Buenos Aires. Un día me tocan la puerta y me dicen que se estaba incendiando el departamento de abajo. No me importo nada, cerré todo, agarré mi pasaporte, tapé con una sábana el vestido que estaba en un maniquí y salí volando a la calle. Me pasé rezando cuatro horas, hasta que los bomberos nos dejaron entrar nuevamente. Gracias a Dios estaba intacto el vestido y la novia sigue felizmente casada. 

Duración de la confección

E.W.: Son parte de las anécdotas  el tiempo de duración de los trajes. He hecho trajes en tres días, eso depende de la tela, si ya está trabajada y no requiere bordado. Paralizo todo en el taller y solo nos dedicamos a ese vestido. 
También he tenido vestidos en los que se ha demorado cinco meses, por que aplican las perlas una por una o porque había que bordarlo íntegramente.

Los mejores recuerdos
S.A.: Lo más lindo que me pasó fue hacer el traje de novia de mi hija y participar en el de mi nieta Erickita.
E.W.: Para mí fue muy especial hacer el vestido de mi hija para su boda. El primer diseño que le mostré le encantó y sobre ese trabajamos las tres (su abuelita, ella y yo). Fue un traje de líneas simples, con bordado en forma de ondas. Estuvo listo en tres meses.

 Las creativas

Sonia Antelo de Weise
Se casó muy joven con el médico Rodolfo Weise Vélez (en 1959), tiene cuatro hijos: Ingrid, Rudy, Erika y Leonardo.

Erika Weise Antelo
Creció en el taller de costura de su madre y decidió seguir sus pasos; estudió y se convirtió en la primera diseñadora de moda de Santa Cruz. Tiene tres hijos:  Ericka, Luis Alberto y Rodolfo.

Ericka Suárez Weise
Heredó de su madre y de su abuela la pasión por la moda.   Se casó con Juan Vera hace seis meses. 

De la foto principal. Y ella, aprendió de su madre Sonia Antelo de Weise (derecha).