El Deber logo
14 de junio de 2019, 4:00 AM
14 de junio de 2019, 4:00 AM

Los opositores se están canibalizando. Valga la metáfora para reflejar que hay una guerra sin cuartel por el segundo lugar en la preferencia electoral. Y como todo en la vida puede verse con diferentes cristales, se puede concluir que lo bueno es que se están conociendo manejos del poder que, en otras circunstancias permanecerían ocultos. Por ejemplo, que hay un buen número de parlamentarios que tienen procesos penales en su contra, o que opositores disidentes que se acercaron al oficialismo recorrieron el mundo a través de viajes oficiales. Lo malo es que sus acusaciones llevan al hartazgo al ciudadano, ya de por sí indiferente a la campaña electoral. Además, la pugna de los minoritarios permite que el candidato oficialista avance sin obstáculos en su carrera por el poder.

¿Por qué hay feminicidios? Seguramente hay muchas explicaciones, pero una de ellas es latente y muy peligrosa, se llama normalización de la violencia en el hogar. Lo vemos en el lenguaje utilizado: en las bromas que se cargan contra ellas o en las obligaciones que les cobran por ser madres, hijas o esposas; también en el juicio severo a la mujer que trabaja o que se atreve a tener voz propia, aun cuando vaya en contra de los parámetros socialmente establecidos. Los dedos que se levantan para apuntar son de hombres y de mujeres, lo que convierte a todos en responsables de que más de 50 vidas se hubieran perdido en lo que va del año.

La energía del padre Mateo. Es imparable. Aprovecha sus cortas visitas al país para promover la donación de sangre, para lanzar una ambiciosa campaña de recolección de $us 120.000 para la compra de una bomba extracorpórea que puede significar un gran avance para la medicina cruceña. También se ocupa de seguir formando comunidades para aliviar el dolor de quien ha perdido a un ser querido. Ahora su destino es Lima (Perú), él lo sabe, pero no renuncia a Bolivia y sigue ayudando.

Tags