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14 de febrero de 2019, 4:00 AM
14 de febrero de 2019, 4:00 AM

Donald Trump dijo en las últimas horas, entre reuniones con su homólogo colombiano Iván Duque, que no solo tiene un plan B, sino también un “C, D, E, F y puntos suspensivos (...)” para encarar la crisis venezolana. Eso implica que puede recurrir a todas las cartas echadas sobre la mesa, incluso la más extrema, que es una intervención militar. Ya trascendió antes la versión del envío de 5.000 tropas a Colombia, donde el presidente estadounidense tiene un gobierno aliado. Pese al fortalecimiento de la legitimidad de Juan Guaidó, Maduro sigue aferrado al poder y la crisis parece dar todavía para largo. Mientras más dure, será más costosa y hasta de una probable salida extremadamente violenta, con peligrosas ondas expansivas. Por eso hay que insistir con apurar la convocatoria a elecciones adelantadas y con un órgano electoral imparcial, lo que requiere de un acuerdo político interno casi imposible. No hay que renunciar, sin embargo, a esta solución, que por ahora parece una utopía.

Suman las muertes por influenza. Son ya seis las víctimas fatales de esta terrible enfermedad, que se manifiesta con fiebre y malestar general. Entre tanto, no hay vacunas y se espera que lleguen en marzo o abril, cuando haya pasado el invierno en el hemisferio norte. Por ahora, debemos resignarnos a desearnos suerte para que no nos toque o a adivinar los síntomas exactos para buscar tratamiento en algún centro médico. Por favor autoridades, apuren el carretón.

Las cosas más insólitas ocurren en Bolivia. Una de las más recientes es la fuga de un reo que salió de la cárcel con permiso y con un custodio a renovar su cédula de identidad en el Segip. Tratarán de culpar al “distraído vigilante” de un caso que provoca más risa que indignación y que se evitaba habilitando una oficina de registros en la penitenciaría.

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