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13 de diciembre de 2018, 4:00 AM
13 de diciembre de 2018, 4:00 AM

La violencia del martes en el centro de Santa Cruz puso en segundo plano informativo las impugnaciones ante el Tribunal Supremo Electoral de las candidaturas de Evo Morales-Alvaro García Linera y otros binomios. Son esos cambios bruscos de agenda que conducen a ser mal pensados y a concluir que a veces ciertos hechos ocurren no de manera casual para desviar la atención de temas centrales. Finalmente ha pasado casi desapercibido que hay tres impugnaciones contra la dupla oficialista y que los vocales deben procesarlas para fallar en las próximas horas. Es uno de los últimos recursos jurídicos para intentar la inhabilitación, aunque las esperanzas de un giro en la decisión son prácticamente remotas.

Mientras una predominante corriente gubernamental asoció los ataques a edificios públicos con el movimiento de defensa del 21-F para señalarlo como antidemocrático, el ministro de Gobierno ha sido más prudente al deslindar la responsabilidad de instituciones como el Comité pro Santa Cruz y de organizaciones de la Uagrm, que lideraron las recientes protestas. Al menos alguien entró en razón en el oficialismo para poner paños fríos y ser más objetivo en la lectura de las movilizaciones.

El Gobierno flexibilizó el doble aguinaldo para salir del enredo en el que se metió en la actual etapa preelectoral. No es lo que quieren los trabajadores, ni tampoco es a lo que aspiraban los empresarios, contrarios al decreto en pleno ciclo económico de desaceleración. Por quedar bien con ambos, probablemente quede mal con los dos sectores. Si se buscaban votos con este bono adicional de fin de año, con este desenlace es probable que, en cambio, se haya provocado más malestar. Por ejemplo, los jubilados están en pie de lucha.

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