Opinión

Viva la democracia

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3 de agosto de 2018, 4:00 AM
3 de agosto de 2018, 4:00 AM

Ya no aguantaba más. Quería volver, pero pasó el tiempo y fui un exiliado a la fuerza. Pero vuelvo el primer viernes del mes de Bolivia y lo hago más feliz que un gato, porque podré pasar el 6 de agosto, luego de mucho tiempo, en la tierra de nuestros mayores. Volver y empezar de nuevo. Me acomodo este fin de semana y empiezo el lunes a trabajar. Belleza. Imagínense. El primer lunes de mi retorno y feriado. Una buena forma de empezar.

Estuve enmarañado en un largo viaje. La idea no fue mucho problema, pero mi viaje de retorno duró una eternidad. Sin embargo cuando estaba a orillas de la playa, pensé en tres cosas; lo grande que es el mar, lo triste es que no lo tengamos y lo insólito es que no sepa nadar.

Estuve hablando con mucha gente, de muchos lugares del mundo. Vi el Mundial en el exterior. No precisamente en Rusia, pero con gente extranjera unida por una misma pasión. Con esa gente vi que hay pasiones que nos unen. La democracia, por ejemplo, y la imperiosa necesidad de conservarla, porque muchos, como yo, recordábamos a las tiranías, a los gorilas agresivos, a los gorilas simpáticos que nos mandaban a la cama a las 10 de la noche; ¡hacer chibi y a dormir! Eso era, cuando las dictaduras se calzaban las botas.

Lo que hablábamos con la gente es que ya no queremos volver a esas épocas. Sin haber fumado nada ni ser hippies, todos queríamos “Paz y Amor”.

Con esa mentalidad volví. Luego de un largo y penoso viaje. Resulta que fui a buscar, por encargo de mi suegra, una mercadería que había mandado al puerto de Arica y las huelgas, bloqueos y contratiempos me tuvieron entre esa población e Iquique, como pelota de pimpón. Nunca encontré la tal mercadería, que había sido enviada no por camión, sino por flota a Puerto Quijarro. Aclaradas las cosas. Estoy de vuelta.

Quisiera haber encontrado a una Bolivia entera, con una sola bandera, pero una sola sílaba nos divide. En realidad dos; No y Sí. Creo que, en homenaje a la patria, sin mayores divisiones todos digámosle sí al no y listo el pollo.

* Columnista que alucina. Fue a Vallegrande en Carnaval y recién volvió.

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