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22 de mayo de 2019, 4:00 AM
22 de mayo de 2019, 4:00 AM

Desde que se anunció la visita a Bolivia del secretario general de la OEA, Luis Almagro, hubo dispares opiniones: censuras y esperanzas. Venía uno de los más duros críticos de la dictadura de Nicolás Maduro a visitar a un muy cercano aliado del chavismo.

El visitante fue el que el 22 de septiembre de 2017 expresó que el presidente de Bolivia, Evo Morales, “deberá respetar la decisión popular que dijo no a la reelección. Ningún juez puede levantar el dictamen del único soberano: el pueblo”, expresado en el referendo del 21 de febrero de 2016. En abril de 2018, el secretario general de la OEA, difundió el informe final de la Comisión de Venecia que estableció que “la reelección no es un derecho humano”, como erróneamente dictaminó el Tribunal Constitucional de Bolivia. Esto despertó una fuerte animadversión del ‘evismo’ al funcionario internacional.

Por su parte el presidente Morales, sobre Luis Almagro, decía que éste “dejó de ser secretario general de la OEA para convertirse en un agente civil del golpismo de Trump. Atentar contra Venezuela es atentar contra América Latina” (15 de septiembre de 2018). Así estaban las cosas, cuando se anunció la visita a Bolivia del funcionario internacional. El encuentro con Morales curiosamente se fijó en el Chapare (la zona cocalera de Bolivia).

Luis Almagro fue canciller del presidente José Mujica. Durante su gestión fue –y aún es– muy cordial la relación diplomática y comercial del gobierno uruguayo con el régimen de Maduro. Esto no sorprende. Mujica, ex guerrillero tupamaro creó, junto con otros referentes del MLN –T y otros partidos de izquierda, el Movimiento de Participación Popular (MPP) dentro del Frente Amplio. Pero Almagro una vez investido como titular de la secretaría general de la OEA, se enfrentó duramente con el régimen chavista por lo que fue expulsado del MPP.

Con estos antecedentes, intrigaba a qué venía este personaje a Bolivia. ¿Por qué Evo Morales invitó al mayor crítico del gobierno de Venezuela? Y lo inesperado: Almagro llegó para apoyar la reelección del presidente Morales que viola la Constitución de Bolivia. Entonces, ya en el Chapare, afirmó: “Decir que Evo Morales hoy no puede participar, eso sería absolutamente discriminatorio con los otros presidentes (de la región) que han participado en procesos electorales sobre la base de un fallo judicial”.

¿Cree Almagro que, con esta actitud, Evo Morales ordenará que en la elección del secretario general de la OEA Bolivia vote por su reelección siendo el principal enemigo de su aliado Maduro? Eso parece poco probable. Aunque en política se debe esperar lo impensable. ¿Qué obtendrá Almagro con su giro sorprendente e inmoral? Probablemente duros comentarios por su inconsecuencia y sufrirá un ostensible descrédito. Y, así, luego se recordará “el día en que se jodió Almagro”.

 

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