Opinión

Vergüenza nacional

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11 de agosto de 2018, 4:00 AM
11 de agosto de 2018, 4:00 AM

Vergüenza nacional. Esas dos palabras resumen el sentimiento de los bolivianos después del increíble robo de los preciados símbolos del poder: la banda y la medalla presidencial. Y los hechos desnudan una cadena de violaciones al protocolo de protección de tales objetos, establecidos en normas y con claros responsables.

Los hechos no se limitan a que el custodio de los símbolos los hubiera dejado en una mochila dentro de un vehículo, mientras “hacía pieza” con meretrices en prostíbulos de la ciudad de El Alto. La banda y la medalla son joyas del Estado nacional que se deben guardar celosamente en las bóvedas del Banco Central de Bolivia. De ahí salieron el 12 de julio y no regresaron hasta el miércoles 8 de agosto por la noche; es decir, estuvieron casi un mes bajo el poder del teniente ‘descuidado’, sin que nadie reclame ni los eche de menos. Durante este tiempo, pasaron a manos de vulgares ladrones, quienes se “arrepintieron” y los devolvieron en una iglesia de la ciudad de La Paz.

Tanto la medalla como la banda presidencial solo deben utilizarse en las efemérides patrias, transmisiones de mando o acontecimientos protocolares cuya importancia lo justifiquen. En este caso, se lucieron el 16 de julio en La Paz, el 6 de agosto en Potosí y pretendían ser usadas en la parada militar del 8 de agosto.

Tras el escándalo, el asunto pretende resolverse enviando a la cárcel al teniente custodio y destituyendo al jefe de la Casa Militar, responsable de la seguridad del presidente. No obstante, no se ha dicho nada acerca de otras responsabilidades de vital importancia. El Ministerio de la Presidencia, que es administrador de la Presidencia del Estado, tendría que por lo menos saber qué está pasando con estos símbolos patrios, tener información al respecto.

Por su parte, el titular del comando de las FFAA admitió que desconoce el protocolo de manejo de las joyas presidenciales, lo cual al menos es llamativo, si no bochornoso. Este jefe castrense saldó el asunto expulsando al teniente de la institución y anunciando un proceso en el tribunal militar. Por otro lado, nadie ha mencionado la responsabilidad del Banco Central de Bolivia, donde se debería fiscalizar la salida e ingreso de estos símbolos. ¿Por qué nadie reclamó la devolución después del 16 de julio? Frente a eso, la pregunta que queda en el aire es si en el manejo de estas piezas preciosas no había rigor y se hacía a la ligera.

El mal manejo de las joyas presidenciales dejó una costosa factura que será histórica y que también marcará la gestión del presidente Evo Morales. El daño ha sido causado y es profundo, porque también lo sienten todos los bolivianos avergonzados al ver que semejante papelón fue noticia a escala mundial.

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