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24 de agosto de 2018, 4:00 AM
24 de agosto de 2018, 4:00 AM

El expresidente de Uruguay, José Mujica, a sus 83 años, ha presentado su carta de renuncia al Senado de su país con un texto que dice lo siguiente:

“Le solicito al cuerpo que usted preside, aceptar mi renuncia al cargo de senador. Los motivos son personales, diría: cansancio de largo viaje. El carácter de la renuncia es voluntaria y la legislación vigente señala que no corresponde el subsidio establecido, porque me acogeré a la jubilación. No obstante, mientras mi mente funcione, no puedo renunciar a la solidaridad y la lucha de ideas. Si alguna vez, al calor de los debates pude herir lo personal de algún colega, pido disculpas muy sentidas”, José Mujica, expresidente de Uruguay.

De su sencilla carta rescato algunos puntos importantes:

“Cansancio de largo viaje”: El líder que lleva mucho tiempo en el poder sufre necesariamente un agotamiento natural, las reuniones, los viajes, los problemas, el estrés generan un desgaste en la salud, pero también un desgaste político. Mujica lo expresa de una forma excepcional “cansancio de largo viaje”. Es importante reciclarse como persona y como político.

“No renunciar a la solidaridad y a la lucha de ideas”: Una persona no es solidaria solo porque ejerce un cargo público, los ideales tienen que estar presentes de forma inherente en la personalidad del ser humano. El cargo no hace a la persona, la persona hace al cargo, necesariamente el ser humano tiene que resaltar las cualidades que posee en cualquier ámbito en el cual se desarrolle.

“Si alguna vez, al calor de los debates pude herir lo personal de algún colega, pido disculpas muy sentidas”: En todo trabajo va a existir roce, opiniones diversas y discusiones, lo importante es reconocer los errores y problemas, la humildad es fundamental para perdonar y ser perdonado, ser rencoroso no es el camino de un líder.

Y, por último, reconocer que uno no es eterno, en la vida los procesos finalizan, los ciclos acaban, hasta el amor termina, algunas veces de una forma abrupta y otros cuando el fin de los días se hace presente. En esta vida nada es eterno, los ciclos nacen y mueren, como la vida misma. Mujica claramente lo profesa.

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