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Un mar de gas

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13 de mayo de 2019, 3:00 AM
13 de mayo de 2019, 3:00 AM

El “mar de gas” anunciado por el presidente Morales y su ministro Sánchez, que se habría encontrado en Boyuy, terminó siendo un mar muerto, o por lo menos vacío, con lo que se confirma que los mares son esquivos a Bolivia. Lo malo es que el supuesto hallazgo del “mayor reservorio de gas descubierto en décadas”, como dijeron ambos personajes, fue un fiasco.

Y pensar que todo estaba preparado para que este gran acontecimiento fuera inscrito entre los logros del actual Gobierno, y tomado en cuenta en la lista de beneficios que ofrece el candidato vetado por un referéndum. YPFB había contratado empresas especializadas en esta clase de anuncios, mexicanas por supuesto, empresas que estuvieron regulando los anticipos que se hacían desde el año pasado.

Se iba a llegar a los 8.000 metros de profundidad, muy cerca del Averno, a temperaturas de 200 grados centígrados, una hazaña en la industria petrolera, el pozo más profundo jamás perforado hasta ahora: el mar de gas. Todo estaba listo. El trépano había llegado hasta los 7.963 metros, y se había detenido. Solo faltaba que se abriera la llave de salida para que comenzara a fluir el gas descubierto. Todo este proceso fue descrito por Siglo 21 hace dos meses.

El gas comenzó a salir, pero con poca fuerza. De todos modos, hubo que quemarlo, porque eso exige Naciones Unidas. Pero el mechero se fue apagando poco a poco, como el de Murillo. Hasta que se apagó. Entonces surgió una duda, con más fuerza que el gas: el pozo sería definido como “productor” o no. Se habían invertido $us 133 millones en esta hazaña.

Si era declarado “productor”, la empresa a cargo de la perforación podía beneficiarse con el esquema de los “costos recuperables”. Es decir que podía recuperar lo invertido. Y eso dependía, a esas alturas, de una decisión política de YPFB. Hasta ahora la empresa ha callado la boca. No hay que descartar que esté recibiendo presiones para declararlo “productor” porque conviene a la campaña del candidato vetado.

La campaña es capaz de llegar a todos los extremos y no conviene descartar que ahora esté presionando para que este millonario fiasco sea declarado “productor”, solo para que el candidato vetado pueda decir que ha encontrado un campo gasífero más grande que los dejados por los neoliberales.

Por el momento parece que el descaro tiene algunos límites, al menos geológicos. Pero uno nunca sabe hasta dónde pueden llegar los políticos.

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