Opinión

Un caso que causa estupor

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11 de enero de 2019, 4:00 AM
11 de enero de 2019, 4:00 AM

La familia de una joven, de 18 años, denunció que fue violada en un motel de la capital cruceña por un grupo de jóvenes alcoholizados y drogados el 14 de diciembre. El caso ha causado indignación y estupor en la población, que exige que se haga justicia.

Desde el comienzo mismo del caso se han detectado irregularidades inadmisibles que, al parecer, buscan entorpecer la necesaria investigación de un hecho flagrante de abuso contra una mujer. Aquella noche los jóvenes trasladaron a la joven afectada hasta el motel Deluxe (clausurado y días después reabierto), donde bajo los efectos de estupefacientes, presuntamente, la golpearon y violaron hasta casi quitarle la vida. Un examen forense certificó que la mujer fue violada, por lo que los acusados fueron detenidos preventivamente en Palmasola.

Una serie de hechos ocurridos después de la vejación señalan que hubo intención de ocultar pruebas y encubrir a los responsables. Llamativamente, después de los supuestos abusos y con ayuda de un empleado del motel, la joven fue trasladada hasta la clínica Ucebol. Pero los registros de los horarios de salida del recinto y de ingreso al centro sanitario muestran que tardaron 53 minutos en llegar pese a que la clínica queda a cuatro cuadras del lugar.

La camioneta en la que la joven fue trasladada desde el local bailable hasta el motel y desde allí a una clínica de nuestra ciudad fue entregada a la Policía una semana después y completamente lavada. Además, la habitación donde ocurrieron los gravísimos hechos fue utilizada por otros clientes del motel, lo que impidió obtener valiosos indicios de los delitos cometidos en el lugar.

De hecho, la madre de la víctima, bajo identidad reservada, ha denunciado que se han utilizado influencias y poder económico para entorpecer las investigaciones. Es decir, la joven viene siendo atropellada doblemente: primero aquella fatídica noche y, luego, con las dilaciones de la justicia.

Los padres de los acusados aseguran que sus hijos son inocentes, que la mujer no fue violada y que solo se trató de una juerga con resultados lamentables por la ingesta excesiva de alcohol y estupefacientes.

Toda persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario, señala el precepto constitucional. Sin embargo, eso no justifica la dilación ni las irregularidades en un debido proceso para todas las partes. El país no puede aceptar por ningún motivo la prevalencia de la violencia machista, que está atropellando y matando a cientos de mujeres cada año. Que se haga justicia, con todas las de la ley.

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