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Turismo interno

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9 de agosto de 2019, 4:00 AM
9 de agosto de 2019, 4:00 AM

Un puente festivo o fin de semana largo es un periodo de días no laborables que se forma al unir un día feriado con otro normal o con un fin de semana. Eso es lo que se podría haber hecho si se unía el lunes 5 de agosto con el fin de semana que lo antecedió, en lugar de tener libre un improductivo martes, que interrumpió el inicio de la semana y tampoco permitió hacer ningún plan de viajes de mediano o largo alcance.

Se habla mucho de convertir a Bolivia en un destino turístico a escala mundial por la cantidad de lugares impresionantes, con bellezas naturales, que se tienen disponibles para los visitantes internacionales.

Nuestra lista de sitios de interés es amplia y variada: todo el circuito misional de Mojos y Chiquitos, Samaipata, Roboré y alrededores, Vallegrande, Villa Amboró, la ruta del Bufeo, Tucabaca, Aguas Calientes y Yororobá, Pantanal, Espejos, Tiwanacu, Rurrenabaque, Salar de Uyuni, lago Titicaca, Parque Nacional de Toro Toro, Tarija y la ruta del vino, paseos en bicicleta por el camino de la muerte hasta Yolosita, andinismo en el Huayna Potosí, senderismo en bosques de helechos, observación de flora y fauna en la Amazonía y un largo etcétera.

Sin embargo, poco se dice del turismo interno. Es decir, de viajeros bolivianos que buscan algún feriado largo para también escaparse a algunos de estos destinos, ya sea en pareja, con amigos o con sus familias. Según el Ministerio de Culturas y Turismo, en 2018, el turismo interno se incrementó en un 4%. El crecimiento promedio de gestiones pasadas estaba por debajo del 2%.

Las previsiones para 2019 son llegar al 6%.

Si estos datos son ciertos, el boliviano, además de querer darse un chapuzón en una playa caribeña y despejar su mente, estaría también descubriendo su propio país. Dadas las condiciones de infraestructura vial en Bolivia el turismo interno necesita, con mínimo, tres días para realizar estos viajes.

Si se quiere promover los planes de viajes al interior del país, es necesario construir, además de buenas carreteras, puentes festivos que unan un fin de semana con algún feriado que pueda ser trasladado con este propósito.

Cualquier norma vigente debería ser revisada para regular, cada año, un calendario planificado que permita tener fines de semanas más largos y feriados aprovechables para el viajero boliviano que busca conocer y explorar su patria.

El turismo, denominado la industria sin chimeneas, es uno de los sectores de la economía que tiene un gran efecto multiplicador en la creación de empleos directos e indirectos y la generación de ingresos para las comunidades receptoras de estos visitantes.

Los beneficios podrían impactar en toda la cadena de la industria: transporte privado, surtidores y estaciones de servicio, peajes, lugares de hospedaje, establecimientos gastronómicos, guías y agencias de turismo, tiendas de souvenirs y artesanías, mercados populares, entre otros. Una pequeña medida administrativa, sin ninguna inversión pública, puede ser el detonante de un gran movimiento económico.

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