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Surtidores abstemios

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25 de marzo de 2019, 4:04 AM
25 de marzo de 2019, 4:04 AM

YPFB se comprometió a comprar 200 millones de litros de alcohol para mezclarlo con la gasolina, en este experimento que consiste en dar un gasolinazo disimulado. Pero ocurre que hasta ahora, cuando han pasado tres meses del experimento, YPFB solo ha comprado cinco millones de litros de alcohol.

Y las empresas que lo producen tienen en este momento 40 millones de litros almacenados, que YPFB no los solicita. Lo angustioso es que se avecina una nueva zafra y el volumen de alcohol se duplicará, poniendo en figurillas al sistema de almacenamiento.

Más angustioso todavía es que las empresas productoras de caña de azúcar y de alcohol se han propuesto incrementar el área de cultivo de 125.000 hectáreas a 150.000.

En esto de ampliar el área de cultivo solo los cocaleros le ganan a los cañeros: en los últimos diez años han duplicado el área de cultivo de coca, pasando de 12.000 a 24.000 hectáreas. Ningún otro sector agrícola ha logrado esa tasa de crecimiento.

La idea de mezclar alcohol con la gasolina responde al hecho de que la importación de gasolina está creciendo mucho, a tal punto que este año podría darse el caso de que el costo de importar gasolina y diésel sea superior a lo que el país reciba por la venta de gas natural. Esto lo dice Carlos Miranda Pacheco, expresidente de YPFB y exsuperintendente de hidrocarburos.

El año pasado, dice el experto esas importaciones sumaron más de 1.000 millones de dólares y este año podrían superar al monto de las exportaciones de gas natural. Es que el consumo de gasolina crece y la producción de gas decrece, ambos a ritmos preocupantes.

Los automovilistas bolivianos no tienen confianza en la gasolina mezclada con alcohol. Salvo que los surtidores de YPFB que venden esta mezcla no tengan una buena política de promoción de su producto. Quizá el detalle sea que la mezcla cuesta Bs 4,50 el litro, lo que es más caro que la gasolina especial, de 3,74.

En este momento la pregunta es qué hacer. YPFB ha sugerido a los productores de azúcar que produzcan y vendan alcohol, pero el negocio ha comenzado con el pie izquierdo.

El Gobierno deberá revisar sus políticas, comenzando por sus prohibiciones a las exportaciones. Y así el alcohol boliviano, que no se vende tendría que ser ofrecido al exterior.

Y en el futuro, que YPFB piense mejor en lo que propone a los privados.

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