Opinión

Salvemos al jaguar de las mafias chinas

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18 de enero de 2018, 4:00 AM
18 de enero de 2018, 4:00 AM

Un descollante reportaje del periodista Roberto Navia Gabriel en conjunto con Mongabay Latam ha revelado un secreto a voces: el jaguar americano, que habita nuestro territorio amazónico, es perseguido ferozmente por las mafias de traficantes de colmillos que utilizan esas piezas como carísimos insumos de afrodisíacos y productos curativos en China. 

Los datos oficiales indican que en el último tiempo se decomisaron 800 colmillos, por lo que habrían matado al menos 200 de estos animales que están en peligro de extinción. Solo entre 2013 y 2016, unos 380 colmillos fueron incautados por las autoridades bolivianas, lo que confirma la muerte de 93 jaguares en esos tres años.

Esta verdadera cacería señala que no solo ciudadanos chinos estarían involucrados en el negocio, sino también bolivianos y brasileños que vieron el negocio del tráfico ilegal de animales y de partes de sus cuerpos.

Detrás de este tráfico ilegal está la demanda que hay en China. Mientras que en Beni los cazadores venden a 215 dólares cada colmillo,  los mismos se comercializan entre 2.000 a 3.000 dólares en territorio chino. Estos valores superan los que los delincuentes pueden obtener por la venta ilegal de oro o de cocaína. Es decir, estamos ante un negocio redondo con gravísimas consecuencias sobre el futuro del jaguar en la región amazónica boliviana.

Las leyes nacionales sancionan con cárcel de hasta seis años a quien cace animales silvestres en estado de vulneración como, según lo asegura El libro rojo de la fauna silvestre de los vertebrados de Bolivia (edición 2009) se encuentra el jaguar que habita en tierras bolivianas.
Tenemos, en este sentido, una tarea titánica que realizar como sociedad para proteger no solo al jaguar, sino a todas las especies animales y silvestres que están en peligro por la presión de organizaciones delictivas que han encontrado en ellas una veta para generar jugosos negocios.
Por supuesto, esta tarea será imposible si no se conjuga con una política internacional y, que en este caso concreto, demanda una acción directa del Gobierno chino para combatir esta perniciosa costumbre de utilizar colmillos de grandes animales, como los jaguares, los tigres o los elefantes, para productos supuestamente curativos o afrodisíacos.

El jaguar o pantera es un carnívoro que tiene todo el derecho a habitar el Amazonas sudamericano sin que la acción del hombre lo perjudique. Lo cierto es que estamos fallando como Humanidad porque decenas de especies se están perdiendo para siempre por el avance de la caza furtiva. Hay que felicitar al equipo periodístico que hoy ha puesto sobre la mesa la situación tan delicada de los jaguares americanos. Ojalá los estados puedan hacer algo pronto y salvemos a este hermoso felino.

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