Opinión

¿Qué pasará el 23 de marzo?

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21 de marzo de 2019, 4:00 AM
21 de marzo de 2019, 4:00 AM

Por una cadena de decisiones absurdas, de desorganización, de mediocridad y de traiciones, perdimos la guerra del Pacífico. A los años perdimos más con el tratado de paz que metió en el saco de la derrota militar lo poco que se había salvado en la guerra. Por último, el año pasado, con grandes esfuerzos económicos y publicitarios, nuestro gobierno logró que los jueces universales le dijeran a Chile que no tiene ninguna obligación pendiente con nosotros ¿Es posible alguna estupidez más grande? ¿La tercera es la vencida?

Durante más de cien años conquistamos palmo a palmo el apoyo universal a nuestra causa. Nuestros vecinos y las instancias internacionales se habían convertido en embajadores nuestros. Amigables presionaban incesantemente a Chile. El invasor no sabía cómo mostrar al mundo la corrección que no tuvo en la guerra. Estaba arrinconado y urgido de cambiar su imagen. Sabían sus gobiernos que tenían que ceder y solo les faltaba encontrar la manera digna de hacerlo. Buscaban una salida a la altura de su orgullo. En ese momento acudió espontáneamente Evo Morales en su auxilio. Cuando nuestro único argumento válido era el ético, escarbaron el ámbito legal, que era el sostén y el fuerte de Chile. Lograron que la justicia del máximo nivel mundial intervenga para decir lo único que podía decir. Dijeron que Chile estaba en lo legal. Para suavizar la derrota aconsejaron que seamos buenos amigos, que conversemos, que amigablemente tomemos un café.

Ahora llega el día del mar ¿Qué pasará? ¿Pedirán perdón los que sepultaron nuestros sueños? Se dedicaron con pasión a alimentar un juicio que les abriera las puertas de la fama, que fuera pedestal para su ego. Su soberbia no les permitía ver el fracaso e hincharon de aire las ilusiones de nuestro pueblo. Ahora, ¿darán la cara? ¿Pondrán su pecho a las balas? ¿Asumirán su culpa? ¿Reconocerán su estupidez? Es urgente que lo hagan, aunque solo fuera para que aprendan la lección los que vienen detrás.

¿Qué haremos el 23 de marzo? ¿Volveremos a empezar nuestro llanto secular por el mar perdido? ¿Volveremos a pedir a nuestros vecinos que presionen a Chile, que le rueguen? ¿Empezaremos otro ciclo de 100 años de ablandamiento? ¿O por fin nos pondremos a construir la patria sin buscar culpables externos de nuestro abandono? ¿Por fin haremos escuelas que se ocupen de hacer crecer a nuestros niños y a despertar su genialidad? ¿Desarrollaremos su inteligencia y los haremos esforzados y responsables? ¿Educaremos patriotas solidarios y emprendedores? ¿Descubriremos y cultivaremos las vocaciones personales? ¿Convertiremos nuestras universidades en minas interminables de sabiduría y de investigación? ¿Pondremos los medios para que nuestro pueblo viva y crezca sano y fuerte? ¿Daremos apoyo técnico a los que trabajan el campo? ¿Haremos posible la producción? ¿Haremos posible la inversión? ¿O seguiremos envidiando y golpeando al que crece?

¿Qué pasará el 23 de marzo?

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