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3 de mayo de 2019, 4:00 AM
3 de mayo de 2019, 4:00 AM

La presión tributaria no es nada más que la relación porcentual entre la recaudación tributaria y el Producto Interno Bruto (PIB); es decir, el porcentaje de los ingresos que los bolivianos y las empresas aportamos efectivamente al Estado por concepto de tributos. En Bolivia, esta presión se ha mantenido entre el 17 y 18 por ciento (cabe aclarar que este porcentaje no es lo que pagan los aportantes).

Malintencionadamente algunos “analistas económicos” quieren hacer creer que esta presión tributaria ahoga los emprendimientos de las empresas, lo cual no es cierto, ya que la presión tributaria no significa que se esté aumentando la alícuota de los impuestos que pagamos ni, mucho menos, que se estén creando nuevos impuestos.

La presión tributaria puede aumentar, por ejemplo, cuando disminuye el PIB y se mantiene la recaudación tributaria; así tenemos que con un PIB de $us 100 millones y una recaudación tributaria de $us 20 millones se tendrá una presión tributaria del 20%; si el PIB disminuye a $us 85 millones y se mantiene la recaudación en $us 20 millones, tendremos que la presión tributaria creció al 23,53%, sin que se hayan aumentado los impuestos o el porcentaje a pagar.

Desde la aplicación del DS 21060 y del Código Tributario (1992) no se incrementó ni el porcentaje de los impuestos aplicados ni se crearon nuevos impuestos para los empresarios; es más, Bolivia es el tercer país de Sudamérica que menos IVA cobra (el 13%), solo detrás de Ecuador y Venezuela (el 12%); en cambio, países como Uruguay, el 22%; Argentina, el 21%; Chile, el 19%; Perú, el18%; Brasil, el 17%, son los que tienen un mayor porcentaje del IVA, respecto a los otros impuestos como de Utilidades, de consumo específico o transacciones.

No es coherente que los analistas económicos afirmen que Bolivia es el país que más cobra impuestos y que estos terminaran ahogando a las empresas; es más, como demuestran los datos, es uno de los países que menos impuestos establece en su legislación (con respecto a los países vecinos). Asimismo, si el SIN incrementó sus recaudaciones fue por la ampliación del universo de contribuyentes (se abrieron más empresas), aplicación de la informática en el seguimiento a los contribuyentes, implementación de programas de concientización tributaria, así como la aplicación de medidas coercitivas a deudores y la promulgación de la Ley 1105, que regulariza el pago de deudas y multas tributarias mediante facilidades como el perdonazo.

Confundir la presión tributaria con carga tributaria es un error. La primera es un indicador macroeconómico y la segunda representa la cantidad de impuestos que debemos pagar los ciudadanos. En Bolivia esta es una de las más bajas de Sudamérica, la obligación del SIN es cobrar los impuestos, como se hace en todos los países, incluso aplicando la ‘fuerza legal’. No olvidemos que EEUU (donde la carga tributaria es casi el doble que en Bolivia), encarceló al mafioso más conocido (Al Capone) por los impuestos defraudados y no así por los crímenes que cometió. El pago de impuestos es una obligación de todo ciudadano.

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