El Deber logo
21 de agosto de 2018, 4:00 AM
21 de agosto de 2018, 4:00 AM

Desde hace más de 40 años los cruceños venimos peleando para que los espacios públicos, áreas verdes, aceras y camellones no sean invadidos por la publicidad. Hasta ahora habíamos tenido éxito, no obstante las distintas formas, groseras unas, más disimuladas que otras, en que se ha tratado de comercializar esas áreas en todos estos años.

Hasta que una empresa de publicidad de enorme penetración en los meandros del poder municipal logra una concesión impensable, aprovechando el punto débil de los políticos: la necesidad de publicidad electoral para seguir perpetuándose en el poder. Es con ese “gancho” que la empresa en cuestión convence al grupo político en el poder municipal de que le dé en concesión monopólica los espacios públicos para publicidad y a cambio de esa concesión en las épocas electorales la agrupación política, en este caso SCST, tendrá centenares de vallas muy bien ubicadas y gratuitas para sus campañas políticas, y eso efectivamente ya ha sucedido y en la última campaña hemos visto esas gigantografías con campaña electoral en enormes estructuras metálicas y en plena área verde.

¿Cómo se ha logrado esto? Mediante la firma de un convenio mediante el cual, el gobierno municipal cede a título gratuito, sin pago de tasas ni patentes y por 10 años todos los espacios verdes de la ciudad, para que la empresa coloque nada menos que 1.492 “mobiliarios urbanos” entre gigantografías, cilindros y vallas. Para que el convenio no sea muy grosero, se dice que la Alcaldía podrá usar algunos de esos espacios (sin definir cantidad) para sus “campañas educativas” cosa que no hemos visto que haya sucedido. Lo único que se ve, aparte de la cuantiosa publicidad comercial privada es propaganda política municipal, que es muy distinta a la información y educación ciudadana.

Otra cosa que impacta y denota la mala fe de todo este negocio es la ubicación de estos mamotretos: todos ellos en zonas caras, de población de altos ingresos y por tanto con publicidad dirigida a esa población: Roca Coronado, Equipetrol, segundo anillo, no así el Plan 3.000, la Pampa de la Isla o el distrito 12, zonas donde sí sería importante llegar con campañas educativas ciudadanas, cosa que desde 2014, año en que se firma el convenio, no ha sucedido. Lo paradójico es que mientras el gobierno municipal, en vistosas campañas, de vez en cuando carga con los pequeños carteles de lata de los mecánicos en Alto San Pedro, por otro lado, concede gratuitamente los espacios públicos y áreas verdes de toda la ciudad a una empresa privada por 10 años.

Esta concesión de áreas municipales de domino público para publicidad no ha seguido los pasos legales que requiere toda concesión, no está permitida en el Código de Urbanismo y Obras, y siempre fue prohibida por las leyes municipales anteriores, así que el actual Concejo Municipal así como el Ejecutivo están asumiendo una enorme responsabilidad y podrán pasar a la historia como la nefasta gestión que saturó de propaganda a la ciudad y entregó en ilegal concesión los espacios públicos de todos a la voracidad de intereses monopólicos de la publicidad.

Tags