Opinión

Preocupan los incidentes en BoA

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15 de agosto de 2019, 4:00 AM
15 de agosto de 2019, 4:00 AM

Suman los incidentes aéreos de Boliviana de Aviación (BoA), pero ni la empresa ni la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) han dado explicaciones que permitan tranquilizar a los pasajeros de la empresa.

Tuvo que ser el presidente de Bolivia, Evo Morales, quien hable del tema, atribuyendo la situación a los pilotos y señalando que hay “un problema estructural en la empresa” estatal de aviación. En una conferencia de prensa, el primer mandatario afirmó: “Siento que estamos teniendo un problema estructural, yo conversé con el gerente y con el ministro también, queremos mejorar, pero últimamente estamos preocupados. Hay algún tema estructural, es tema pilotos, no estoy cuestionando, claro, se forman, se preparan, les ofrecen otras líneas aéreas del exterior, pagan el doble que pagamos y se van”.

De acuerdo con reportes periodísticos y sobre la base de información proporcionada por pasajeros, BoA tuvo al menos 13 incidentes en los últimos 18 meses, uno de los cuales ocurrió en otro país, lo que implica mayor inquietud y malestar para los usuarios.

La línea aérea estatal fue creada en 2007 mediante un decreto supremo. Desde entonces, de acuerdo con su responsable, Ronald Casso, ha realizado 250.000 vuelos dentro y fuera del país, durante los cuales la misma fuente señala que los incidentes apenas llegan al 0,016%, es decir 40 casos que la empresa no considera asuntos serios.

Llama la atención que la DGAC no hubiera registrado ningún hecho vinculado a esta compañía durante 2018. Para justificarlo, en una nota de prensa emitida por el organismo de fiscalización, asegura que “todo incidente que afecte a la seguridad operacional del transporte aéreo es indagado por la Unidad de Investigación de Incidentes y Accidentes”. Y agregó que “en el marco de estrictos protocolos establecidos por normas nacionales e internacionales, los informes finales se ponen a disposición del público tan pronto como sea posible y, si es posible, dentro de los 12 meses, tiempo establecido por el Anexo 13 de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI)”.

La explicación permite subrayar que lo que se espera es que la DGAC esté realizando sus tareas de control con eficiencia y de manera estricta, que no haya contemplaciones por más estatal que sea la compañía.

No hay que olvidar que en 2017 BoA daba cuenta de haber transportado a 3,8 millones de pasajeros y 100.000 toneladas de carga, con lo que se lleva la gran tajada del mercado nacional aeronáutico, puesto que sus competidores Amaszonas y EcoJet no llegan ni por asomo a tal cantidad.

Además, BoA cuenta con autorización para realizar rutas internacionales en Estados Unidos, Europa y otros países de ese continente, por lo que las condiciones de seguridad operacional son muy relevantes.

Los pasajeros relataron incidentes en vuelo y también otros ocurridos durante el aterrizaje, como el del 3 de agosto, cuando se produjo una rotura de la válvula de amortiguación para movimientos laterales. Circularon videos captados por ciudadanos particulares que mostraban el daño interior de la nave y el susto de los viajeros que ocupaban ese servicio.

Las últimas explicaciones brindadas por la compañía aérea señalan que incrementarán su flota con dos nuevos aviones, que se sumarán a otros 20 que operan en la actualidad. Sin duda es una buena noticia, pero no alcanza cuando lo que los pasajeros demandan es seguridad en todas las operaciones. Si hay un problema estructural, como dice el presidente, urge que BoA lo resuelva a la brevedad.

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