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27 de mayo de 2018, 4:00 AM
27 de mayo de 2018, 4:00 AM

La diferencia entre los ‘walking dead’ de la serie y los políticos profesionales con reflejos y andares que se les parecen tanto, es que los primeros resultan apasionantes para millones y millones de televidentes, mientras los zombis políticos solo suscitan hastío, alguna confusión y ganas de cambiar de canal.

Esa es la sensación que dejan las quejumbrosas lamentaciones del secretario de comunicación de la Alcaldía cruceña al decir “Fíjense la diferencia entre los asambleístas del MAS (en la Gobernación) y los concejales del MAS en el municipio. (En el municipio se comportan como buenos ciudadanos) que quieren hacer cosas por Santa Cruz (apoyando) las buenas políticas del gobierno municipal; (en cambio, en la Gobernación) andan tirando piedras (para) deshacer la gestión. Ese es el estilo altoperuano, que hemos importado de las alturas”.

Definitivamente, aburridas, confusas y mortalmente contradictorias, como correspondería a un muerto andante, si es que pudieron hilar algunas palabras, aparte de sus gruñidos. Queda claro que el municipal secretario de comunicación goza del don de la vida y de una excelente apariencia, después de los torturantes 20 años, en que, nos confiesa, se vio forzado a hacer política “en el altiplano”, un tiempo en fase de hibernación política y un meteórico retorno al agitado mundo de la política edil contemporánea.

Con semejante experiencia (o carga), lo raro es que le llame la atención la discordante actuación de concejales y asambleístas del MAS, tan civilizados, ciudadanos y constructivos los unos,  tan agrestes, destructivos, vandálicos los otros. ¿Cómo se explica tan abismal diferencia entre conmilitantes, hermanos queridos del alma y cumpas del mismo bando? Pero si el enigma que lo atormenta  resulta extraño, su respuesta lo es mucho más: ¡Eureka: es altoperuanismo!, unos estarían afectados de ese mal, los otros vacunados o inmunes.

El señor secretario municipal no puede haber dejado de entender en su tan extensa vida política, que el transfugio, la intriga, el doble rasero, el incumplimiento de promesas, la traición, la hipocresía, todo eso que el público en general entiende como “la política”, o más propiamente “la práctica política común, de los políticos profesionales” no tiene cuna geográfica diferenciada, lenguaje, ni ideología.

Los concejales masistas son “buenos” y “delicados” con la gestión y el alcalde porque son sus aliados, sin distinción de etnia, color o dialecto; reciben beneficios y actúan en reciprocidad. En cambio, los asambleístas del MAS no disfrutan de ventajas porque carecen de entendimientos con la Gobernación  y con sus embestidas buscan crearse beneficios, ya sea expulsando al Ejecutivo o forzándolo a un acuerdo.

De  los Andes, de los llanos, de las playas; en español, en inglés, a 5.000 metros o a nivel del mar, como usted quiera, los profesionales políticos están cortados por la misma tijera y si no pregúnteselo a Odebrecht y a gran parte de los que venden bienes y servicios al sector público.

Si abre bien los ojos, el señor secretario, descubrirá que puede inclusive ocurrir que algunos concejales del bando del alcalde disparen por debajo de cuerda contra su jefe,  para mejorar y ampliar sus cuotas y lo mismo puede pasar en la Gobernación. Eso de andar buscando culpables externos para las culpas fue la clave para el gran fracaso de autoridades, cívicos y empresarios que apostaron por una salida que pretendía ignorar que el departamento de Santa Cruz ha sufrido un cambio sustancial desde hace más de medio siglo, que explica por un lado su avance y la multiplicación geométrica de su población  y, por otro, que las explicaciones, esquemas y estereotipos del siglo XIX estén miserablemente desactualizados para entender la realidad presente.

El puesto de comunicador institucional del señor secretario tendría que hacerle pensar que es él quien necesita revisar la historia –siempre dinámica y cambiante- y rejuvenecer su mirada, sus interpretaciones y sus herramientas. No es cuestión de edad lo que se lo hace difícil, es posiblemente la inercia, tal vez algo perezosa, tal vez algo caduca.

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