El Deber logo
19 de junio de 2018, 4:00 AM
19 de junio de 2018, 4:00 AM

Ha muerto Sergio Antelo Gutiérrez, ‘Yeyo’, como cariñosamente lo llamábamos sus amigos. En todos los ámbitos donde estuvo brilló por su inteligencia preclara, sus ideas y propuestas de avanzada, muchas veces incomprendidas o solitarias, o bien, catalogadas de utópicas e irrealizables. 

Era arquitecto. Ganó varios concursos públicos en Bolivia y en Brasil. Entre lo más sobresaliente, diseñó el aeropuerto internacional de Viru Viru, la primera terminal de buses de Santa Cruz de la Sierra y el parque El Arenal, donde se incorporaron murales de Lorgio Vaca. Ejerció la presidencia del Colegio de Arquitectos de Santa Cruz. Fue el primer cruceño en dirigir a su gremio en Bolivia y luego presidió el Colegio de Arquitectos del Pacto Andino. 

En cuanto a gestión pública, fue alcalde municipal de Santa Cruz. A consecuencia de las inundaciones del río Piraí en nuestra capital (1983), cuando muchas familias quedaron sin hogar, Sergio planificó y organizó el llamado Plan 3.000, conocido hoy como ciudadela Andrés Ibáñez. En la década de los 80 fue autor del primer Código de Urbanismo de Santa Cruz de la Sierra y fue también concejal municipal de esta capital. 
En otro ámbito, Sergio destaca sobre todo como uno de los más aventajados y esclarecidos ideólogos políticos que haya tenido Santa Cruz en las últimas décadas. Entre sus publicaciones se destacan: Centralismo y Estructuras de Poder. Radiografía del centralismo boliviano (1983), Los cruceños y su libre determinación (2003), Los Cambas: Nación sin Estado (2017), 1877, Rebelión en las sombras (2018).

Hombre de gran sensibilidad social, ferviente defensor de la democracia y de los derechos humanos, junto con otros distinguidos profesionales, lideró en 1985 el Movimiento 26 de Febrero (M-26). Sus documentos publicados en la época ya hablan de un país plurinacional y multirregional y plantea una descentralización política, territorial, administrativa y del aparatoso estamento burocrático, a lo que llamó “democratización del poder central”. Fue uno de los mayores teóricos de la autonomía y desnudó al colonialismo interno del poder andinocéntrico.
En 2000, fue propulsor fundamental en la conformación del Movimiento Autonomista Nación Camba, cuyos memorándums de 2001 fueron la base sustantiva actual de la organización política del Estado boliviano. 

Para quienes conocimos a Sergio Antelo, en nuestra mente estará la indeleble figura de un hombre ilustre, vanguardista lúcido, firme en sus convicciones, valores y principios, amante de su terruño (la “patria cruceña”), impaciente por el porvenir, pero, más que todo, un amigo leal y solidario con quien compartí tertulias muy amenas, apacibles y aleccionadoras. Para las futuras generaciones y estudiosos de la realidad boliviana y regional, quedan sus reflexiones y planteamientos, plasmados en artículos de opinión y libros de su autoría, que seguramente demandarán, a partir de ahora, nuevos debates y análisis acerca del pensamiento político de este notable hombre cruceño. 
Más allá del dictamen final sobre la vida de Sergio Antelo, nadie podrá desconocer sus grandes aptitudes profesionales, intelectuales y humanas. Descansa en paz, querido amigo. Misión cumplida. 

Tags