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13 de enero de 2019, 4:00 AM
13 de enero de 2019, 4:00 AM

El 15 de enero es una fecha propicia para recordar la masacre de la calle Harrington (La Paz) en 1981, donde fueron asesinados ocho dirigentes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria en la dictadura de Luis García Meza. Pero ahora quiero concentrarme en otra dimensión de aquel trágico acontecimiento, pensar más bien la dimensión internacional.

El MIR de los 70 tenía una plataforma en Europa muy bien montada. Durante largas conversaciones mi entrañable amigo Guy Bajoit me contó los movimientos de los miristas en Bélgica, las reuniones de militantes, las giras para conseguir apoyo, la construcción de una agenda pública. El dinamismo era mayor, incluso se dice que en varias ocasiones otros partidos políticos latinoamericanos pedían la intervención del MIR para lograr contactos e intercambios. La mística mirista involucró a muchos militantes no bolivianos que se solidarizaron con el proyecto e hicieron suyo el sueño de la Bolivia libre.

Siempre me he preguntado cómo ese sector de militantes vivió el asesinato de los jóvenes dirigentes, cómo recibieron la noticia, cuánta zozobra, rabia e impotencia corrió por sus venas, cuánto se lloró su partida.

Francia fue un polo fundamental de apoyo a las luchas por la democracia latinoamericana, y Bolivia no fue la excepción. Los exiliados, los núcleos de discusión, formaban una comunidad dinámica. Pero también hay que recordar el impresionante compromiso de europeos que en Bolivia arriesgaban el pellejo colaborando con la resistencia. Por la embajada francesa pasaron decenas de dirigentes que salían al exilio, una parte de la recuperación democrática se la explica también desde esa trinchera. Algún día se deberá escribir el capítulo sobre esa otra cara de la historia.

Con esa pregunta como telón de fondo el próximo jueves 17 de enero se llevará a cabo en el Instituto de Altos Estudios de América Latina, de la Universidad Sorbonne Nouvelle en París, el evento Martirio y democracia. Participarán el entonces embajador francés en La Paz Raymond Cesaire, el investigador Yvon Le Bot, que vivió una temporada allá en aquellos años; el sociólogo argentino-francés Denis Merkel y el investigador Franck Poupeau.

Será una ocasión para recordar y rendir homenaje a quienes partieron antes y que lucharon por que hoy vivamos las condiciones políticas que nadie parece recordar que costaron lucha y sangre; para repetir con fuerza que quienes hoy disfrutan de cualquier espacio en la vida política deben su libertad de acción y palabra a la historia, a esa historia que muchos miran solo de reojo.

También será un momento para recordar que ningún régimen político actual tiene parangón con aquellos años y que cualquier comparación es desatinada e interesada y no hace más que deshonrar la memoria o instrumentalizarla con un fin electoral coyuntural.

Finalmente, será la ocasión para festejar la solidaridad universal, la fraternidad de los pueblos libertarios, que, más allá de tiempos y fronteras, se hermanan cuando sienten alguna injusticia.

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