Opinión

María Cristina Botelho, escritora y difusora de las letras hispanas

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14 de enero de 2019, 4:00 AM
14 de enero de 2019, 4:00 AM

María Cristina Botelho escribe con el corazón en la mano y con esos dedos que hablan como habla su boca, por donde salen palabras convertidas en mariposas que después se vuelven poemas embriagadores, cuentos del bien amado y columnas de reflexión que vuelan para mandarse a cambiar con la mirada puesta en el horizonte.

A la escritora María Cristina Botelho la vi una sola vez cuando estaba de paso por el país en una de sus visitas cuando vivía en Indiana (EEUU). Una sola vez para que la amistad hiciera su trabajo, que además de conocer al ser humano también permita entrar en su literatura, porque aquella única vez que conversamos descubrí en María Cristina que los asuntos personales y la literatura van fusionados y engranados para no extraviarse, para hacer arte vaya adonde se vaya: hija del escritor Raúl Botelho, puso su grano de arena cuando vivía en Bolivia en los negros años de la dictadura formando parte de un grupo de mujeres luchadoras por la democracia. También fue viajera incansable por pueblos a los que llegaba para sembrar la semilla del arte enfundada en el oficio de gestora cultural que le acompaña siempre.

Después Bolivia la perdió cuando se fue a EEUU, pero el arte siempre sale ganando. La escritora boliviana organizó conversaciones sobre libros y autores en universidades de Indiana y nunca dejó de escribir. Sus textos se publicaron en revistas y en obras firmadas con su puño y letra. Desde hace poco tiempo el país la volvió a ganar porque decidió retornar con sus mejores bríos, trayendo como equipaje sus seis libros publicados y una docena de antologías de Bolivia, Argentina, Chile, Perú, Colombia, Uruguay, Italia y EEUU.

El otro día, ella misma me dio desde La Paz la grata noticia de que Bolivia debe celebrar: acababa de haber sido invitada por la Academia Norteamericana de la Lengua Española para ser miembro vocal de esa institución en el estado de Indiana, todo en mérito a su trabajo de difusión de las letras hispanas en EEUU y otros países del planeta.

“Es un halago en lo personal, pero es un compromiso con las letras hispanas. El trabajo que realicé, particularmente en Indiana, fue difundir la literatura y la cultura de Hispanoamérica”, me ha dicho luego de que se enteró de esa gran noticia para ella, para la literatura, para el país.

María Cristina sabe que se inicia un nuevo ciclo literario en su vida y que esta nueva responsabilidad que asume no le quitará espacio a su creación literaria, porque también sabe que sus lectores esperamos que de sus manos vuelen nuevas mariposas.

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