Opinión

Los políticos y el voto joven

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16 de junio de 2019, 4:00 AM
16 de junio de 2019, 4:00 AM

Los discursos demagógicos parecen no alcanzar para que los políticos en carrera electoral seduzcan a los jóvenes, que son la mitad del padrón y van a decidir quién será el próximo presidente de Bolivia.

Así lo puso en evidencia un acto en el Ministerio de Educación, al que se convocó a los alumnos de secundaria y donde una asambleísta departamental del MAS hablaba de una ley para mejorar las condiciones de la educación. La política, que estaba en franca campaña, prometía evitar la migración y fomentar el emprendimiento de los jóvenes. Pero una estudiante la interrumpió para decirle: “Señorita asambleísta, ¿por qué está politizando la educación, diciendo que podemos estar con Evo? ¿Por qué quiere que todos los jóvenes seamos masistas?”. Fue aplaudida por el resto de asistentes. El maestro de ceremonias pretendió silenciarla, pero la estudiante reclamó su derecho a la libre expresión y avanzó hacia la testera para seguir cuestionando. Después, un compañero suyo tomó la palabra para afirmar que quieren lavarles el cerebro y después siguió otro para afirmar que los invitaron a ese acto porque la mayoría va a cumplir 18 años (edad de votar).

El video se hizo viral en las redes sociales. Si bien la interpelación fue dirigida al MAS, sin duda puede ocurrir lo mismo con cualquier otro candidato, que vea a los jóvenes como un rebaño al que se lo puede seducir con promesas y sin mostrar coherencia entre lo que se dice y se hace. Afortunadamente, los tiempos cambiaron y los nuevos electores están más informados que nunca, por eso es que ahora reclaman validación y respeto.

Hasta aquí es evidente que los candidatos no lograron comprender a la nueva generación, que es nativa digital, que accede a mucha información, que resuelve la vida de una manera absolutamente diferente a cómo se hacía hace cinco años, cuando se realizó la última elección presidencial. Por ahora, los políticos mantienen discursos unidireccionales, se rodean de jóvenes para la foto y tienen redes sociales, pero sus relatos están obsoletos y no logran superar la vieja maña de solo ser escuchados, sin escuchar.

Lo ocurrido en el Ministerio de Educación deja varias evidencias. La primera es que las instituciones del Estado están siendo utilizadas para desarrollar una abierta campaña a favor del candidato oficialista y eso debe corregirse o sancionarse de inmediato. Lo bueno es que los ciudadanos ya no toleran esas viejas prácticas, las filman y las denuncian.

El segundo aspecto es que la clase política está desconectada del ciudadano común y más aún del joven que votará por primera vez. El peligro es que esa falta de sintonía genera desconfianza y frustración entre quienes comienzan a tener participación democrática.

La tercera evidencia es que los jóvenes no son ovejas, tienen voz y se hacen sentir. Esto último es una luz de esperanza para la democracia en el país.

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