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15 de febrero de 2019, 4:00 AM
15 de febrero de 2019, 4:00 AM

Se van acumulando las opiniones y definiciones sobre la pobre Venezuela. Maduro es ahora el dictador indeseable, su Presidencia está en jaque y el Congreso le dio la espalda con la autonominación de su presidente, Juan Guaidó.

Esto no es una acción inocente de un congreso cabreado, es el ejercicio concertado de la administración de D. Trump, que ha resuelto que la mejor manera de hacer pulseta con Rusia es meterse con Venezuela.

Esto no es casual, la ya agotada retórica del muro, y de su miserable Presidencia en EEUU, ha sido totalmente identificado, con asuntos no muy legales (revelar intromisión en los correos de H. Clinton, y acordar otras cosas) con Rusia para ganar las elecciones norteamericanas.

Este es el momento en la geopolítica mundial. Todo calza, todo cae perfectamente, en el tablero de rompecabezas universal.

No es la primera intervención en América Latina, ya son muchos los casos como para que no estemos alertas a una posible intervención militar en Venezuela.

Tampoco es sorprendente que la Unión Europea haya firmado con Trump. No alarma que países del continente americano hayan afinado su apoyo con una retórica antigua y totalmente de la guerra fría.

Un presidente electo contra quien se lanzan países que tienen no solo intereses, sino que también están de alguna manera defendiendo sus trocitos de poder. Un autonombrado que golpea la democracia y se lo reconoce como el presidente a cargo.

¿Qué se pretende? Muy fácil, se intenta acercarse más al petróleo, al mismo tiempo deponer a un presidente que le es una piedra en el zapato del imperialismo.

Los latinoamericanos no podemos ignorar que es posible, y muy probable, la intervención armada. No será de ninguna manera fácil. Hay un ejército venezolano que no dará brazo a torcer. Hay un pueblo que está listo para la defensa de Maduro. Otra parte que está poniéndose cada momento más aguerrida. Guaidó no es un angelito, ni los europeos están en lo cierto. Ahora España, que dijo una vez “por qué no te callas”, esta ahora lista para apoyar el bofetón que Trump quiere dar a la democracia latinoamericana. Brasil, Chile, Colombia, Perú, Argentina y Ecuador no tienen nada que perder. Muy al contrario, pueden sacar partido de este asalto a la democracia venezolana.

¿Qué hace la izquierda que no ha salido a las calles? Los chilenos de izquierda han dicho que lo lamentan, pero que Maduro no es demócrata, los brasileros, ya se sabe y del resto también.

Este es el momento en que debemos todos los pacifistas, humanistas y comprometidos con la defensa de la democracia, hacer un frente para evitar una guerra civil en Venezuela. Y al mismo tiempo demostrar que Maduro es muy mal presidente, pero eso no da derecho a intervención militar por parte de nadie, menos de los gringos que tienen planes suyos para perpetuarse en su dominio de nuestro continente.

Para ellos es mejor tenernos como su patio trasero D, Theodore Roosevelt dijo, cuando le comentaron que el dictador Somoza (dictador de Nicaragua) era un criminal, Roosevelt reconoció el hecho diciendo que Somoza quizá era un hijo de pu..., pero era su hijo de pu.... “Somoza may be a son of a bitch, but he is our son of a bitch”.

¿Habrá que pensar que los que ahora apoyan, inocentemente los planes de Trump, son sus hijos de pu...?

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