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27 de junio de 2018, 4:00 AM
27 de junio de 2018, 4:00 AM

Ha sido ampliamente estudiada la correlación directa entre libertad económica y crecimiento económico y entre este último y una mayor libertad política. Lamentablemente, nuestro país ha comprobado la veracidad de esta teoría, pero transitando una vía descendente. 

De acuerdo al Índice de Libertad Económica que anualmente publica la Heritage Foundation, el año 2017 Bolivia ocupó, luego de 5 años de descenso, el puesto 168 entre 183 países que componen el ranking. La iniciativa privada asociada a ella se vio afectada notoriamente debido a muchos factores como: constantes alzas salariales sin base en mejoras de productividad, doble aguinaldo, tipo de cambio artificialmente bajo, mayor informalidad, deterioro de la seguridad jurídica especialmente de la propiedad privada, creación de empresas sociales, etc. 

Como consecuencia existe un menor crecimiento económico que las cifras oficiales ya no pueden ocultar. Según el FMI, el PIB per cápita a valores de paridad de poder adquisitivo (PPA) estimado para Bolivia al 2018 es de $us. 7.900, el 117 entre 182 países que integran su listado, registrando durante el 2017 el quinto año consecutivo de disminución en la tasa de crecimiento del PIB, siendo la más baja en ocho años, según fuentes del propio INE. 

anterior está provocando una ola de despidos y cada vez menor generación de empleos del sector privado, que sumado al rol cada vez mayor del Estado como principal empleador debido a la creación de nuevas empresas estatales, resta libertad política a los cientos de miles de familias cuyos sueldos dependen del Gobierno. Asimismo, los empresarios que sufren una reducción de sus ingresos se sienten presionados no solo por un nivel de regulación cada vez mayor y la amenaza de nuevas normas en sectores como la salud, la educación y la banca privada, sino por un estado que en algunos sectores, como los medios de comunicación, es su mayor cliente, influyendo en sus decisiones políticas. 
Esta pérdida de libertad ha generado     un comprensible temor en nuestra sociedad, el mismo que debemos superar si deseamos recuperarla, ya que como dijo Pericles: “La libertad es la posesión segura de aquellos que tienen el coraje de defenderla”.

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