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4 de enero de 2019, 4:00 AM
4 de enero de 2019, 4:00 AM

La lucha por espacios de poder en la sociedad contemporánea ha estado marcada por la expresión masculina como si fuera el único ser capaz de dirigir política y económicamente los estados. Esto se da por la creencia errada en el sexo fuerte y dominante.

Sin embargo, observamos que en las diversas etapas de convivencia social la participación de la mujer es importante, por ser la madre de la humanidad, previsora, diligente, cuidadosa y solidaria tanto en el grupo familiar como en el social. Por ello, siempre he estado en desacuerdo cuando se expresa que “detrás del triunfo de un hombre hay una buena mujer”; más bien debería decirse: “Al lado de un gran hombre existe una gran mujer” o “al lado de una gran mujer existe un gran varón”. Nunca debe tenerse el prejuicio y la idea errada de decir: “Detrás el uno del otro”, porque eso es denigrante.

En la actualidad, la participación de la mujer en la palestra política es evidente por su inteligencia, perspicacia, talento, capacidad, destreza, tenacidad, honradez, empatía y altruismo. Eso significa que la mujer ha derribado el muro y roto las cadenas del enclaustramiento del seno familiar, y hoy ve un horizonte de oportunidades donde su participación es elocuente y con atisbos de probidad frente al agresivo patriarcado político.

Las mujeres han construido puentes para lograr mayores espacios de libertad, dignidad, igualdad y participación en la conducción de la sociedad jurídica y políticamente organizada. Por eso, mi respeto y reconocimiento a las mujeres que están convirtiéndose en líderes en el campo político con buenas ideas y proyectos comunes. Las vemos conduciendo empresas y programas periodísticos de análisis político, cultural y educativo, con una capacidad y acierto formidable de emprendimiento, fruto de su discernimiento e intelecto.

Hubo grandes mujeres en la historia boliviana que dejaron huella y buen ejemplo a seguir, como Elvira de Mendoza, Ana Barba, Elfy Albrecht, Francisca López, Adela Zamudio, Ignacia Zeballos, Ana María Romero de Campero, Lidia Gueiler Tejada, Juana Azurduy, María Barzola y otras notables mujeres a las que se ve en la lucha política actual.

Hay que alentar más la igualdad de género y erradicar la violencia contra ellas, porque cualquier acto de furia o vejamen contra las damas es como ultrajar a nuestra propia madre. Las mujeres desempeñan un rol protagónico en las políticas públicas en Latinoamérica y en el mundo entero. Su talento, agudeza, inteligencia, bondad y liderazgo han hecho que, en la actualidad, sean cabeza de gobierno y base sólida de las diferentes organizaciones sociales. El triunfo pleno de la democracia en el presente y futuro tendrá un fundamento imperecedero cuando las políticas públicas de los gobiernos sean dictadas juntos, por mujeres y varones.

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