Opinión

Las cuentas pendientes de Trump y Putin

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18 de julio de 2018, 4:00 AM
18 de julio de 2018, 4:00 AM

Donald Trump  y Vladimir Putin, protagonizaron una histórica cumbre presidencial en Helsinki (Finlandia) en la que acordaron descongelar las complejas y tensas relaciones entre Estados Unidos y Rusia. Ambos mandatarios resaltaron que la Guerra Fría ha quedado en el pasado y que el mundo demanda un nuevo tipo de relacionamiento de las dos superpotencias nucleares en el marco de la globalización.

Es una buena noticia, porque el diálogo debe ser siempre un instrumento fundamental de las relaciones internacionales para alcanzar la paz y el desarrollo de los pueblos en un mundo cada vez más afectado por la violencia, el racismo y la confrontación.

Sin embargo, el encuentro también ha mostrado que ambos líderes mundiales mantienen varias cuentas pendientes para, justamente, fortalecer la democracia y la transparencia a escala global.

La justicia y los organismos de inteligencia de Estados Unidos han denunciado con claridad que el Gobierno ruso estuvo implicado en una grave injerencia en las elecciones presidenciales de 2016 en las que Trump se impuso a Hillary Clinton. 
Concretamente, el proceso señala que la inteligencia rusa utilizó sitios falsos en la web para afectar la campaña de la candidata demócrata, lo que terminó favoreciendo, entre otros factores, al magnate estadounidense.

Trump tomó como cierta la versión de Putin de que él no tuvo nada que ver en esa oscura intervención, lo cual fue fuertemente cuestionada por republicanos y demócratas dado que muestra un mandatario de Estados Unidos sumiso y débil ante el jefe del Kremlin.

Hay que recordar que Putin fue sancionado por los gobiernos europeos por las sospechas de que está detrás de los ataques químicos en Londres y por el uso del espionaje para influir en los procesos democráticos en Occidente.

La anexión de Crimea y el enfrentamiento con Ucrania, la participación militar rusa en Siria y las violaciones a los derechos humanos en la propia Rusia contra grupos disidentes son otros de los pendientes sobre los que Putin debe responder.

Lo propio Trump con sus políticas violatorias de los derechos de los migrantes, el inicio de una guerra comercial con China y otros socios de Estados Unidos y el discurso abiertamente racista del mandatario son varios de los pendientes que no se trataron en la cumbre de Finlandia.
Ojalá el encuentro en Helsinki no quede en los gestos de buena voluntad y los mandatarios de Estados Unidos y Rusia trabajen con mayor compromiso por la democracia, los derechos humanos y la paz internacional. 

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