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24 de enero de 2019, 4:00 AM
24 de enero de 2019, 4:00 AM

Según el Instituto Nacional de Estadística, este 2019 los jóvenes (entre 18 y 30 años) representan aproximadamente el 40% del padrón electoral en Bolivia, la mayoría de ellos en el departamento de Santa Cruz. Esto marcaría una notoria diferencia si es que comparamos con lo que fue el padrón electoral de 2014, en el cual los jóvenes entre 18 y 25 años solo alcanzaban el 21,7%.

Estos números no pasan desapercibidos para los políticos aspirantes al sillón presidencial, prueba de ello es que en sus discursos o presentaciones públicas es cada vez más notoria la mención de la importancia de la juventud, así como el hecho de que buscan salir rodeados de gente joven.

Probablemente los políticos aspirantes a la silla presidencial están analizando cómo encontrar el camino para llegar a conseguir ese importante voto joven, lo cual nos lleva a todos a pensar: ¿qué necesitan los jóvenes en Bolivia?, ¿cómo se puede ganar su confianza?, ¿o cómo podrán sentirse verdaderamente representados?

Un factor importante es que la mayoría de estos jóvenes (entre 18 y 20 años) se encontraban jugando con plastilina o coloreando libros hace una década, por lo cual utilizar con ellos un discurso obsoleto que acuse viejas políticas o viejos hechos puede que no trascienda. Asimismo, esta juventud solo conoce en el sillón presidencial a una sola persona, de la cual son conscientes que no cumple con su palabra de no buscar la re-re-reelección; es más, hace tres años los menores de estos jóvenes tenían 15 años, por lo cual es muy probable que recuerden con claridad el resultado del 21-F y todas las ilegalidades cometidas hasta la fecha.

No cabe duda de que la decisión de los jóvenes en Bolivia será vital para las futuras elecciones de nuestro país; sin embargo, aún resta un 60% del electorado, que es mayoritario. Dentro de este porcentaje, la mayoría estaría entre los 30 y 60 años (aproximadamente el 40%) y mayor a 60 años (cerca del 20%). Esto nos indica que las fórmulas a ser presentadas por los candidatos no solo deberán estar copadas con gente joven, sino también con gente de experiencia, generando así una simbiosis entre la fuerza de la juventud y la experiencia de los años de vida.

Para las elecciones de octubre, cada aspirante presidencial deberá escoger gente idónea para que lo acompañe en su fórmula. No solo que cumpla el factor edad, sino también que demuestre el porqué y para qué está ahí. Las redes sociales (dominadas por jóvenes) repetirán cada acierto que haya y multiplicarán el eco de cada error que se cometa; a todo ello se deberá sumar la estrategia de las campañas políticas fusionando lo tradicional con la rapidez de esta nueva era.

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