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25 de febrero de 2018, 4:00 AM
25 de febrero de 2018, 4:00 AM

A través del tiempo la educación en cada lugar ha gozado de golpes de timón que han dirigido la nave del conocimiento y del progreso por nuevos senderos, marcando así verdaderos hitos en su historia. Santa Cruz no escapa a esta realidad. En dicho asunto podríamos considerar a partir de 1825 grosso modo cuatro momentos fundacionales.

 El primero fue la creación de la Universidad Gabriel René Moreno (1880) mediante decreto firmado por Hilarión Daza que establecía el cuarto distrito universitario en Santa Cruz. Empezó con tres facultades: Derecho, Teología y Medicina. En su inicio, no todas las carreras funcionaron al unísono, sino que surgieron en distintas fechas. De sus aulas saldrían eximios pensadores y hombres públicos en el ámbito regional y nacional que estamparon su presencia en la historia de Bolivia.

 El segundo hito fue la construcción del nuevo Colegio Nacional (1918), edificado con el producto de los lotes rematados del antiguo ‘Colegio de Ciencias y Artes’ (1832) y los impuestos generados por el alcohol. Durante el rectorado del doctor Ismael Serrate y siendo su director don Guido de Chazal, a este nuevo centro se agregó el denominativo de ‘Florida’, como justo homenaje a la victoria más brillante de la guerra emancipadora por estos lares. Durante sus años de servicio, el Colegio Nacional Florida también acogió en sus aulas distinguidas personalidades, maestros y estudiantes, que cincelaron sus ideas indelebles en el siglo XX.

El tercer momento viene con el ‘retorno feliz al terruño’. Me refiero a esos miles nuevos profesionales educados en otras universidades del país y del extranjero entre los años 50  y 70 (siglo XX), que decidieron volver al terruño, trayendo en su bagaje una vasta experiencia académica y el conocimiento socio-cultural de otros pueblos, ambos transformarían a la Santa Cruz polvorienta y olvidada de aquellos tiempos, sellando un nuevo modelo de desarrollo cruceño y también forjando denodados desafíos como los presentados en las Jornadas Santa Cruz 2000 (1986).

 En estos primeros lustros del tercer milenio y con los avances de la ciencia, Santa Cruz está iniciando una marcha acelerada para alcanzar nuevos paradigmas mediante la innovación, la creatividad y la tecnológica. La formación de nuevos institutos como Avanza (Cainco), Neurociencia (Unifranz), clubes de ciencias, ferias científicas universitarias, apertura de nuevas carreras virtuales (Uagrm) o la reciente declaratoria municipal de ‘ciudad universitaria tecnológica e inteligente’, abren nuevos espacios para que Santa Cruz ingrese en el ranking de las metrópolis más modernas del cono Sur. Esta sería la cuarta revolución.

Para alcanzar esta utopía, solo falta voluntad de los gobernantes que dicten políticas públicas incentivadoras más la fragua de pasión y esfuerzos entre los sectores estatales y privados con el sistema universitario regional (organización puente).

Concluyo con un mensaje: “Cuando uno sueña solo, solo es un sueño; cuando muchos sueñan juntos, es el comienzo de una nueva realidad” (Obpo. Hélder Câmara).

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