Opinión

Kawsachun gualele...

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16 de diciembre de 2018, 4:14 AM
16 de diciembre de 2018, 4:14 AM

El presidente Morales dice que en Chapare ya no se vive de coca. “Solo peones tienen cato”, aseguró don Juan E. y me da la impresión de que a lo mejor ya estamos hablando de federaciones de patrones, propietarios y excocaleros; pero dejando de lado ese detalle sociopolítico declarativo, dicho en la Reunión Técnico Operativa Regional de Lucha Contra el Narcotráfico, en la que estaban representantes de 8 países, es necesario sumergirse en la desbocada y contradictoria declaración del presidente, frente a los hechos recientes y contrastables: “A algunos compañeros (del Chapare) les ha ido muy bien, a veces con (la producción de plátano, a veces con piña, a veces con pescado, con ese tambaquí, y ellos qué me dicen: ‘Presidente, el cato de coca ya es para peones, ya no es tanto para vivir”. Refrendó de inmediato el cocalero Loza con lo siguiente: “Solo entre el 5% y el 10% del Chapare vive de la coca”.

No sé si volvimos al tiempo de la prerrevolución del 52, cuando el patrón le daba al peón una ‘tarea’ (creo 10x100 mts) para que siembre lo que necesite; pues, a lo mejor el patrón ahora tiene hectáreas y el peón tiene cato, aunque parece que, resultados mediante, los dos, siembran lo mismo. Veamos: se torna inexplicable que casi nadie viva de la coca, y que se haya constatado el incremento de cultivos en un 6% en los dos últimos años; en Chapare (donde ya no viven de la coca). Tal cual: de acuerdo al informe de UNODC y la UE, se creció, de 7.200 hectáreas a 8.400 (en 2014 eran 6.100), crecimiento que se dio de manera progresiva y sostenida cuando se suponía que debía haber bajado. El crecimiento se da, pese a que la nueva Ley General establece una extensión de unas 6.000 ha en la zona.

La superficie de coca en Bolivia, establecida la ley 906 (Ley General de la Coca), es de 22.000 hectáreas; en la actualidad se tiene un total de 24.500; no olvidemos, por otra parte, que la 906 sustituyó a la 1.008 y aumentó, prácticamente, 10.000 hectáreas, pasándose de 12.400 a 22.000.

¿En serio cree Morales que los que vinieron desde lejos a tocar la problemática coca-cocaína se van a tragar el cuento de que los tambaquí y los gualeles o las piñas, son ahora el principal ingreso de la región cocalera, justamente el elemento aglutinador y base de sustentación de poder político boliviano? Entonces, ¿cómo se les explica a los forasteros el incremento de un producto/valor económico que ya no se usa?

Ah claro, Morales dijo que lo tienen como ‘reserva’, lo que me hace pensar que en ese capitalismo chapareño hay que considerar que la coca es una especie de “depósito a plazo fijo”. Comicidad declarativa aparte, hagamos de cuenta que los educados visitantes deciden no cuestionarlo, pero no olvidarán que el mes de agosto del presente año, el embajador de la UE en Bolivia , León De la Torre, respondía a EL DEBER, de la siguiente manera: “¿Y cómo interpreta eso? ¿Esa coca va al narcotráfico?” “Desde luego que no va a un mercado legal. Todo lo demás es interpretable y nos preocupa porque, como usted sabe, lo que es convertido en cocaína tiene a Europa como mercado principal”.

Puedo asegurar, aun sin haber conversado con alguno de los venidos, que la mirada de los europeos es la misma de agosto; que el cuento del presidente llama a risa… pero, es bueno recordar también que no es la primera vez que sale con eso, ya en 2013, decía: Tal vez hay que decir kawsachun piña, kawsachun naranja, kawsachun palmito (a juzgar por el discurso, pareciera que solo la piña sobrevive al discurso… la mentira tiene patas cortas). A ver si Morales entiende alguna vez de la necesidad de ser serio en este tema al menos...

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