Opinión

Juicio a Evo Morales

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17 de diciembre de 2018, 4:06 AM
17 de diciembre de 2018, 4:06 AM

El candidato Carlos Mesa ha mencionado su intención de, en caso de ser elegido presidente, iniciar un juicio de responsabilidades al actual presidente Evo Morales por todas las violaciones a las leyes y a la Constitución que habría cometido, y otras cosas más. Ha sido el mensaje más claro hecho hasta ahora el expresidente Mesa en su tímida campaña para llegar a la presidencia en las elecciones del año próximo. Y es probable que lo haya hecho después de conocer encuestas sobre lo que desearían los bolivianos que hiciera el próximo gobierno.

Se trataría de un juicio de responsabilidades a Morales para conseguir que se le apliquen los castigos por todo lo que se le acuse, quizá con la idea de lograr lo que la justicia brasileña logró con Lula da Silva, mentor del “Foro de Sao Paulo”, una ya desaparecida agrupación regional de la que el presidente boliviano es uno de los pocos y raros sobrevivientes.

El ejemplo de Brasil sirve para hacer comparaciones. En realidad, los delitos de Lula da Silva fueron marcados puntualmente por el juez Sergio Moro desde el momento en que se cometían. Este juez, que desde el 1 de enero será ministro de justicia de Brasil, consiguió llevar al expresidente a la justicia y luego a la cárcel. La justicia brasileña había quedado indemne al paso del torbellino político provocado por el PT de Lula en el gobierno. Algo parecido había ocurrido con la justicia argentina, sobreviviente de la época de tropelías cometidas por el último gobierno peronista.

Para que Mesa pueda cumplir su propósito de llevar a Morales ante la justicia, y quizá a la cárcel, haría falta que el parlamento aprobase un juicio de responsabilidades, además de que exista una justicia proba donde se ventile el caso, como se suele decir. La primera condición dependerá del resultado de las elecciones, pues sólo se daría con un parlamento en que la oposición fuera mayoría. Sobre la segunda condición, de una justicia capaz de llevar adelante el proceso, sí que hay dudas.

De esa manera se entra en un ámbito de hipótesis sobre hipótesis, porque habrá que saber si un eventual fallo en contra el líder cocalero se podría aplicar en un país donde las Fuerzas Armadas y la policía se han sometido en cuerpo y alma al partido de gobierno y a su líder.

En Brasil, los seguidores de Lula de Silva intentaron asaltar los lugares donde su líder estaba detenido y quisieron bloquear el camino a la cárcel de Curitiba, donde ahora debe purgar una pena de doce años.

¿Qué ocurriría aquí en una situación similar, con Morales condenado por la justicia? Alguien ha sugerido que la cárcel le podría servir mucho a él, porque podría leer y enterarse de muchas cosas que ahora ostensiblemente ignora.

Lo que podría salvarlo es que, en el momento del juicio, sigan en sus cargos los actuales jueces. Ellos forman parte también del partido de gobierno. Por el momento, según ha informado el gobernador de Tarija, Adrián Oliva, no avanzó ninguno de los 519 juicios que él planteó contra Lino Condori, su corrupto antecesor masista.

Es decir que para ver a Morales en la cárcel, como al parecer querrían miles de bolivianos, hacen falta muchas condiciones especiales. Quizá la más fácil resulte ganarle en las elecciones.

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