Opinión

Guerra comercial entre China y EEUU

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27 de mayo de 2019, 4:00 AM
27 de mayo de 2019, 4:00 AM

Estados Unidos y China abarcan el 39% del PBI mundial mientras su comercio bilateral cubre el 16% de las importaciones y el 14% de las exportaciones. En medio de esta realidad del enorme peso económico de las dos súper potencias del presente, ha surgido una guerra comercial impulsada por Donald Trump y que ahora enfrenta la retaliación de su par chino Xin Jinping. El conflicto tiene alzas y bajas, pero no reduce su intensidad; hay una escalada mutua que está afectando al intercambio multilateral y al mismo tiempo deja en posición incómoda a la Organización Mundial del Comercio (OMC), ente rector en la materia que debería ser quien dirima estas cuestiones.

En este contexto, varios factores han afectado a los mercados de commodities agrícolas reduciendo niveles de precios. La soya es claro ejemplo; sus cotizaciones andan por debajo de los 300 dólares por tonelada métrica, menos de la mitad de lo alcanzado en el auge pasado. En represalia por alzas tarifarias impuestas por Washington, Beijing instruyó lo mismo para la soya estadounidense, que adquiría en cantidades masivas. Al restringirse el mercado norteamericano para las ventas a China se abre una ventana de oportunidad para pequeños productores (como Bolivia) que podrían ingresar a ese mercado con su soya; de esa manera asegurarían la alimentación del país asiático y generarían divisas. Debido a la fiebre porcina -que diezmó la cantidad disponible de cerdos para el consumo- se abre otra oportunidad, esta vez para la carne nacional. Es un hecho: la lucha de tarifas entre la República popular China (RCP) y Estados Unidos crea dificultades y ofrece oportunidades.

En el fondo, la guerra es por la supremacía tecnológica. Los últimos ataques de Trump contra la empresa Huawei -fabricante de celulares de alta gama- refleja que las tensiones se van orientando hacia el lado tecnológico y allí China tiene pocas ventajas en el corto plazo frente al rival, reconocido por su alta capacidad de innovación en el ramo. Como represalia de la RCP, se ha especulado con la posibilidad de que lance al mercado parte de los miles de millones de dólares que tiene acumulados en Bonos del Tesoro de EEUU, creando un caos financiero. Aún no se ha llegado a eso, pero en esquemas de amenazas mutuas como los del momento presente, es otra posibilidad que no puede descartarse.

Lo ideal sería que los problemas se negocien en la OMC y no proseguir con esta lucha tarifaria entre dos gigantes. La economía mundial se ha globalizado, los efectos positivos o negativos surgen por doquier. Ojalá pronto se logren entendimientos que terminen con un negativo proceso que perturba a la economía internacional.

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