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27 de mayo de 2018, 4:00 AM
27 de mayo de 2018, 4:00 AM

La Ley 045 Contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación, promulgada en octubre del año 2010, despertó un interés positivo en el país, una esperanza y una ilusión. Después de ocho años, el balance no es positivo, quedó como un saludo a la bandera, un arma de propaganda política y de ataque a los opositores. Esta ley reflejó la impostura ideológica y política del gobierno del MAS, con un Viceministerio de Descolonización con presupuesto misérrimo y funcionarios de escasa comprensión del problema, sin reglamento operativo y aplicable, sin financiamiento, sin instituciones que la impulsen y la apliquen y sin respaldo político.

Luego, el 24 de mayo de 2010, se estableció el Día Nacional Contra el Racismo en Bolivia, según sus autores, por la vejación sufrida, dos años antes, por campesinos en Sucre. Ahora, ¿qué celebrarán las autoridades gubernamentales? Los pueblos indígenas, nada; tampoco las víctimas que piensan distinto al gobierno, los refugiados, los exilados, los arrestados, los perseguidos y los enjuiciados. 

Ocho años después aún prosiguen los casos de racismo y discriminación. En Santa Cruz, se difundió un video con una agresión femenina a una señora migrante en un vehículo de transporte público. Se lo tipificó de racismo sin serlo, aunque sí de discriminación. 

Los autores de la ley 045 confundieron las formas de discriminación reduciéndolo a racismo. No establecieron las diferencias entre etnocentrismo y racismo. Aquel es la supuesta superioridad cultural de una persona o pueblo sobre otro; este es la supuesta superioridad por razones culturales. Por ejemplo, cuando la diputada Norma Piérola evitó dar la mano en el saludo a Evo Morales, los voceros del gobierno le acusaron de racismo. No hubo ningún dato para ello.

Otro caso: la agresión denigrante de un docente universitario a una de sus alumnas colla también fue tipificado de racismo. “Los collas de m… nos roban a los cambas. Los collas de m… que son de La Paz, nos roban, nos asaltan. Son delincuentes, corruptos, toditos, hijos de p… nosotros no somos asaltantes ni ladrones, pero los collas de m… sí lo son”. ¿Racismo o etnocentrismo? El defensor del pueblo, otra persona confundida y desconocedora, solo pidió un informe escrito al Rectorado de la universidad pública. El ministro de Justicia, más audaz y agresivo, exigió la destitución del docente. ¿Y la presunción de inocencia y el debido proceso? La universidad suspendió al acusado, sin goce de haberes aunque días después se lo repusieron.

Otro caso de supuesto racismo fue la discriminación en la Alcaldía de Coroico, donde hubo un acto discriminatorio de parte de una funcionaria contra una niña afroboliviana. Un cabildo exigió disculpas y fue retirado de la alcaldía. ¿Etnocentrismo disfrazado de racismo?

La Ley 045 Contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación tuvo un gran mérito: visibilizó las formas de discriminación. Mérito del gobierno actual aunque con una confusa conceptualización y una aplicación inviable. Así no se incidió en el desmontaje de las estructuras coloniales de nuestro país. Otro mérito fue la elaboración de la ley aunque con limitaciones teóricas y jurídicas serias.  Sin embargo, es inaceptable su uso político en la persecución de opositores y su encubrimiento a oficialistas. Lo mismo, el olvido de reglamentación y perfección de reglamento cuestionado.

Las actuales condiciones y prácticas discriminatorias  son inaceptables y debemos superarlas con un análisis serio y políticas viables.

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