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18 de junio de 2019, 4:00 AM
18 de junio de 2019, 4:00 AM

l feminismo es un conjunto de ideologías que buscan la igualdad de derechos entre varones y mujeres, así como cuestionar la dominación y la violencia de los hombres sobre las mujeres y la asignación de roles sociales según el género.

Cuando nació esta corriente se luchaba por una equidad laboral, tanto en oportunidades, trato y salario a los de un hombre; el derecho al voto o la posibilidad de elegir un oficio diferente a las tareas del hogar y acceder a la educación universitaria; de igual manera, la lucha contra la violencia a la mujer que ha logrado importantes avances.

Una corriente distorsionada de lo que es el feminismo, se gesta en publicaciones superficiales, con tendencias extremistas, manipuladas por posiciones radicales que han convertido al varón en el ogro de la sociedad, mostrando que solo por tener ese género está castrado de derechos y se lo sentencia antes sin conocer los hechos.

Las redes sociales son un instrumento valioso para educar; sin embargo, se han convertido en palestra de opiniones superficiales y radicales que están llevando a que nuestros hijos tengan una concepción errada de lo que es ser varón, mientras el hecho de ser mujeres nos hace impunes.

Estamos avanzando a la disolución de la familia, construyendo una sociedad donde se etiqueta al hombre como un peligro para la sociedad y donde los dones de la feminidad son un pecado. El feminismo lamentablemente se ha alejado de su esencia; actualmente, la feminista es caracterizada como mujer indomable, que puede y merece hacer lo que le plazca por su condición de víctima, pisoteando los derechos de quien considera su enemigo nato. Se percibe que rechaza lo asociado a la feminidad. Ya no se trata de un movimiento que busca la inclusión, sino de un grado de rechazo al género masculino.

Feminismo significa buscar igualdad de oportunidades, no ser oportunista; significa tener derechos y obligaciones equitativas, no valernos de nuestra condición de mujer para manipular y degenerar esta emblemática lucha. Lo que necesitamos es una trasformación social. El empoderamiento de la mujer, no requiere la degradación del hombre, nuestra capacidad, educación y destrezas son los únicos caminos que nos pueden llevar a alcanzar equidad, una educación incluyente y tolerante.

No nos convirtamos en lo que estamos tratando de erradicar. Los términos de igualdad se están pervirtiendo a favor de la superioridad de la mujer y la discriminación del hombre.

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