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21 de marzo de 2019, 4:00 AM
21 de marzo de 2019, 4:00 AM

Llama la atención que un gobierno que se proclama indigenista y ha promovido la imagen del presidente como miembro de las mayorías indígenas del país haya emitido una respuesta intolerante a las demandas de la nación qhara qhara.

La reconstitución de las naciones preincaicas no ha operado de manera caprichosa sino al amparo de la Constitución Política del Estado que señala, en su artículo 2, que “dada la existencia precolonial de las naciones y pueblos indígena originario campesinos y su dominio ancestral sobre sus territorios, se garantiza su libre determinación en el marco de la unidad del Estado, que consiste en su derecho a la autonomía, al autogobierno, a su cultura, al reconocimiento de sus instituciones y a la consolidación de sus entidades territoriales, conforme a esta Constitución y la ley”.

En el momento de entregar títulos de tierras en la jurisdicción de qhara qharas y yamparas, el Instituto Nacional de Reforma Agraria vulnera ese precepto constitucional porque da preferencia a los sindicatos agrarios, aquellos que apoyan públicamente al MAS. Los qhara qhara marcharon por eso pero, en lugar de escuchar sus pedidos, el gobierno les acusó de estar financiados por una ONG. Calumniar y desprestigiar: esa es la estrategia que el gobierno encabezado por un indígena desata contra una demanda de pueblos indígenas.

Así, se confirma que el asunto está politizado pero desde el gobierno. En su afán de deslegitimar la marcha de los qhara qhara, los oficialistas no solo han llegado a decir barbaridades sino a demostrar que ignoran la historia que está detrás de estas naciones.

Estos pueblos indígenas son preincaicos porque su existencia es anterior al surgimiento y expansión del Tawantinsuyu. Existían en el hoy occidente boliviano desde tiempos inmemoriales y fueron invadidos y sometidos por los incas. El gobierno ignora esta verdad histórica y los critica por reivindicar sus títulos coloniales y los de las revisitas.

Se trata de un evidente contrasentido. No podemos hablar de un Estado plurinacional, como se proclama en el primer artículo de la Constitución y en el nombre del país, si no se reconoce a las naciones existentes en él, no solo en el papel sino con todo lo que representan.

Al igual que lupakas, killakas, soras, omasuyos, yamparas y otros pueblos existentes antes de los incas, los qhara qhara tenían un territorio definido y lo que piden sus descendientes es que la titulación se haga sobre esa base.

Pero el gobierno indígena no solo los ignora sino que los desprestigia e insulta. Su discurso indigenista comienza a caerse.

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