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Es la hora de construir una visión común de país

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26 de noviembre de 2018, 3:00 AM
26 de noviembre de 2018, 3:00 AM

La Confederación de Empresarios Privados de Bolivia reivindica la producción y la justa distribución de la riqueza como medios para lograr el desarrollo y el bienestar de la gente. Hoy el empresariado nacional es diverso y nuestras entidades son el punto de fusión en torno a un solo interés, que es generar la dinámica económica indispensable para crear prosperidad. En nuestro andar generamos empleo, aportamos con impuestos y divisas, conocimiento para producir y oportunidades para nuevas generaciones de ciudadanos. Estamos convencidos de que en la medida en que logremos como sociedad mayor equidad podremos encarar mejor los retos del futuro.

Durante los últimos años hemos sido activos en la generación de propuestas de política pública y buscamos diversas formas de llegar a las autoridades con ellas. Esa es nuestra misión, y en ese marco hicimos acercamiento con el Gobierno a base de confianza y credibilidad. Hemos planteado un conjunto de iniciativas que hacen parte de un marco integral que ahora intentamos rescatar. En perspectiva, seguiremos activos en nuestro papel, colaborando en lo que consideramos es positivo para la productividad del país y el bienestar de la sociedad, independientemente de los vaivenes y resultados de la política coyuntural.

En nuestra visión, Bolivia tiene un futuro prometedor y todas las condiciones para lograr el desarrollo y la calidad de vida que merecemos nosotros y nuestros hijos. Sin embargo, el camino está lleno de retos y necesitamos construir acuerdos, unir voluntades y crear espacios donde nos veamos más iguales. Necesitamos tener un sueño común, afincado en un indoblegable deseo de alcanzar el desarrollo juntos, pero asentado en una lectura clara de nuestra realidad y en lo que previsiblemente nos depara el futuro. Necesitamos pisar tierra para luego volar.

Creemos que es imperioso empezar a construir un futuro donde el progreso, la justicia, el desarrollo y el buen vivir no dependan de la variación de los precios internacionales, sino que sean el resultado de un trabajo conjunto entre un Estado fuerte, pero justo, y un empresariado nacional creciente y sólido; con industrias y servicios, que sustenten la creación y sostenimiento de empleo formal, con políticas laborales justas y equitativas, con apoyo a la inversión y donde la iniciativa y el emprendimiento privado se vean como lo que son: mecanismos virtuosos que aportan a la realización plena de las personas, que generan riqueza, trabajo y bienestar. Es necesario salir de una visión ortodoxa y excluyente, que se niega a mirar el futuro, y construir juntos un modelo de complementariedad y articulación como el que se generan con proyectos como el etanol.

Por eso mismo, creemos en la necesidad de aportar, una vez más, con un proceso de reflexión y análisis profundo, amplio y sincero, que concluya en una propuesta integral sobre lo que visualizamos como país para los próximos 20 años, desde la base que los avances logrados no pueden detenerse y el camino recorrido no debe desandarse.

Pero también sobre la evidencia de que necesitamos ejecutar acciones que adecúen el rumbo que estamos tomando, a las nuevas realidades de un mundo y una región que ha cambiado tan rápidamente que nos coloca frente a desafíos estructurales.

Este aporte será nuestra contribución sincera, transparente y comprometida con el país al que nos debemos y al que queremos fuerte, próspero, grande, libre y feliz.

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