Opinión

En EEUU es difícil votar

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18 de noviembre de 2018, 4:00 AM
18 de noviembre de 2018, 4:00 AM

Apenas un 37% de los potenciales votantes asistieron a las urnas estadounidenses el pasado 6 de noviembre para las “mid term elections”, comicios en la mitad del mandato presidencial que renuevan Cámara Baja, Senado y algunos gobernadores. En general, el flujo de votantes en un país de 325 millones de almas y con posibilidad de que más de 200 millones puedan votar es bajo. Hay varias razones que explican por qué EEUU se ubica por detrás de otras naciones en participación electoral. No deja de ser paradójica esta situación en una democracia sólida y con más de 242 años de funcionamiento.

El voto en EEUU es voluntario, al contrario de muchos otros países donde es obligatorio y con sanciones por no votar. La parte voluntaria me parece bien, una de las libertades esenciales es el no participar si uno así lo desea; nunca estuve de acuerdo con la obligatoriedad de asistir a los comicios. Pero el resto de las limitaciones para poder votar proyectan una sombra sobre la gran democracia del norte. Para comenzar, las elecciones se realizan los martes, tradición derivada de viejas prácticas rurales y religiosas hoy sin sentido alguno. Los aislados esfuerzos para que los comicios se realicen sábados o domingos no han tenido éxito. Las elecciones en día laborable impiden que muchos trabajadores ejerzan su derecho al voto.

Pero lo más preocupante en EEUU con respecto al voto es que, para ejercerlo, primero hay que registrarse e identificarse. No hay padrones electorales derivados de la masa de habitantes con edad para votar, tal como ocurre en Bolivia y otros lugares. El individuo debe registrarse por su propia cuenta y cada estado impone reglas adicionales a las establecidas centralmente. Los trámites son tan engorrosos que mucha gente nunca los completa y permanece sin votar de por vida. Pareciera como si se quisiera restringir el voto, en lugar de expandirlo. Agréguese que en algunas regiones no votan quienes tuvieron o tienen sentencias judiciales. El conjunto burocrático genera factores inhibitorios contra la voluntad y el derecho de poder votar.

“Es difícil tratar de votar aquí” aseveró públicamente Joseph Hockey, embajador de Canberra en Washington. Agregó: “Inscripción previa, votación en día laboral y complicados mecanismos para registrarse; en Australia el proceso electoral es independiente y simple”. Por su lado, los estadounidenses consideran “raros” los sistemas extranjeros, comenzando con el voto obligatorio. Lo concreto es que sigue siendo complicado poder votar en EEUU. Parece que eso no cambiará en el futuro cercano...

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