Opinión

El valor de un premio

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9 de diciembre de 2018, 4:00 AM
9 de diciembre de 2018, 4:00 AM

No enmascarar la vacuidad de los números bajo el pretexto del resultado. Ser madre, la democracia, la lluvia que nutre la tierra, no tienen precio, tienen valor. Así como estos hay otros ejemplos que valoran al ser humano en toda su extensión y que dejan de serlo al numerarlo.

Valores de los que hablamos con un premio valiente, válido y que sustenta una trayectoria, una obra, una acción, de lo mejor del año.

Desde hace 20 años la Redacción de este medio señala a los merecedores de este galardón por la labor cumplida, la dignidad de una obra hecha para el semejante y para todos.

Un bien social desde el esfuerzo personal que se viste de orgullo y se difunde con la fuerza única. Un premio reconocido con una obra de arte, única, valiosa, intangible como la paz, el amor y la vida misma.

Quienes lo tienen ya lo dieron, solo son testigos de una experiencia de vida que costó energía, tiempo y seguramente sacrificios extraordinarios.

La ciencia, el arte, la economía, la política y todos los lenguajes sociales que conforman la historia de nuestros días son testimonios de estos seres gestantes de ideas, proyectos y propuestas para el bienestar común.

Porque valoramos la obra, la comunicación, la especie humana en su mejor versión y no renunciamos a ser mejores siempre gracias a ellos y a sus pares, que tanto nos enseñan con su ejemplo.

El valor de un premio no tiene precio, tiene la eternidad del bronce, que se funde con el temple del fuego para brillar con esplendor y sapiencia.

Este premio garantiza un hecho sustancial, que busca ayudar, mejorar, aportar y que se comprometen con la necesidad del otro, con el bien social y la calidad de vida de los seres vivientes del planeta.

El Patujú de Bronce es un orgullo nuestro y compartirlo con ustedes no tiene precio.

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