Opinión

El premio para los ‘mandiles blancos’

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21 de abril de 2018, 4:00 AM
21 de abril de 2018, 4:00 AM

Como nunca antes en la historia del país, los bolivianos fuimos testigos entre diciembre y enero pasados de una inédita movilización de miles de personas vestidas con ‘mandiles blancos’. Durante 47 días, médicos, enfermeras, funcionarios de los hospitales y universitarios protagonizaron un movimiento ciudadano que caló hondo en la sociedad y que sumó diversas adhesiones a una lucha que comenzó en un sector y que terminó convirtiéndose en nacional, hasta provocar la celebrada derogación del cuestionado Código Penal.

Fueron los médicos los que encendieron la chispa de una batalla durísima contra una norma que, de haberse puesto en vigencia, afectaría a los derechos ciudadanos básicos. Una prolongada huelga de los profesionales de salud permitió que muchos sectores tomen conciencia de las terribles consecuencias que causaría a las libertades el Código que promulgó el Ejecutivo. Hasta los medios de comunicación corrían, con este instrumento jurídico, el riesgo de cercenamiento de su derecho a informar sin restricciones.

En los primeros días se observó desde la distancia y hasta con desconfianza la valiente protesta de los ‘mandiles blancos’, atribuyéndosela al interés específico de los médicos de seguir blindados ante cualquier demanda por mala praxis. Sin embargo, los argumentos de la movilización no solo fueron comprendidos y asimilados, sino que despertaron la conciencia ciudadana sobre las múltiples incongruencias de la nueva norma.

El efecto contagio del coraje empezó a multiplicarse, sobre todo después de que los trabajadores de salud demostraran un enorme sacrificio. Mientras muchos bolivianos disfrutaron de las celebraciones de diciembre, los médicos aguantaron valientemente las arremetidas del oficialismo en los piquetes de huelga en Navidad y Año Nuevo. Con esa demostración de firmeza, los ‘mandiles blancos’ cosecharon rápidamente la solidaridad y el respaldo activo de miles de ciudadanos que terminaron embanderando las causas que sus médicos levantaron, hasta arrinconar democráticamente a un Gobierno que tardó en retroceder. Sin más armas que el mandil y los argumentos, los galenos lideraron el despertar de la conciencia de lucha, doblegada hasta entonces por la fuerza atemorizante del aparataje gubernamental. Con la movilización médica la gente perdió el miedo a organizarse y a protestar pacíficamente ante las amenazas de perder algunos de sus derechos y libertades constitucionales. 

La Asociación Nacional de la Prensa acaba de oficializar la acertada elección de los profesionales de la salud para que reciban el Premio Libertad 2018. Desde que se instituyó el galardón en 2007, nunca se lo entregó a un colectivo. La ANP también muestra con esta decisión su compromiso con la sociedad, en un momento de efectivo empoderamiento ciudadano. 

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