El personaje del año
Este año seguramente se diferenciará de los 12 años anteriores porque de manera progresiva e incluso en un principio imperceptible la sociedad civil fue tomando las calles y posicionando su presencia en el imaginario colectivo. Se trata de un año clave para la comprensión de los procesos que han cambiado el tejido político del país. La emergencia de plataformas sociales en todos los campos de la realidad social y su participación definitoria en el curso que fueron tomando los acontecimientos (recuérdese la resistencia al Código Penal o las movilización de Resiliencia frente a la suspensión de la Bienal de Arte) muestran un periodo en que la sociedad civil estructuró de forma más eficiente sus capacidades interpelatorias frente al Estado.
Terminamos un año que podrá pasar en la historia social y política contemporánea como el año de las protestas inorgánicas, aquellas que se estructuraban sin liderazgos definidos, sin ideologías políticas, sin “aparato” cuya eficacia residía en una innata capacidad de movilización, un estado permanente de conectividad en redes y la presencia contundente de aguerridas mujeres en todos los niveles de participación social. Se trata de un año en que las cosas cambiaron justo por donde el Poder instituido jamás se imaginó que cambiarían, por el lado del ciudadano de a pie. De los discursos anticategoriales que hablan de lo cotidiano, de lenguajes sin códigos encriptados en los tratados de ciencia y que, sin embargo, constituyen la trama verdadera del poder social, un año en que la simpleza de los ciudadanos “vulgares y silvestres”, como todos nosotros, llegó a las calles para marcar el curso de los acontecimientos, pero además llegó para quedarse.
Por todo esto y particularmente por su incidencia en el curso de las luchas democráticas y los derechos civiles, el personaje del año le corresponde a la ciudadanía de todas estas ciudades y pueblos que se dejaron escuchar a lo largo del año. El ciudadano, que suele nombrarse como un genérico sin nombre ni apellido pero que está allí donde la historia lo convoca, es quizás el emblemático Personaje del Año 2018.
