Opinión

El drama universal de los refugiados

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25 de junio de 2018, 4:00 AM
25 de junio de 2018, 4:00 AM

El Día Mundial de los Refugiados (20 de junio) transcurrió en medio de diversos incidentes. Se destacó, en las Américas, la forzada separación de niños de sus padres que ingresaban ilegalmente desde México hacia EEUU. En Europa sobresalió el caso de 600 desplazados que estaban en un barco que surcó el Mediterráneo y a los que al principio nadie los quería recibir.

Una vez que el ser humano se asentó en determinado territorio y lo tomó como propio, simultáneamente se inició la trágica saga de los refugiados. Diversos tipos de enconos han ido provocando a lo largo de siglos el traslado forzoso de millones de seres obligados a abandonar sus tierras para dirigirse hacia lo desconocido, al ser expulsados por motivos militares, políticos, o raciales. Es más, podría escribirse la historia humana a partir del drama de los refugiados, drama que llega hasta nuestros días y que crece sin solución posible, al menos en la hora presente. Gente famélica huyendo de grandes hambrunas, personas esclavizadas, minorías étnicas, individuos perseguidos por diversas causas o pertenecientes al bando derrotado en un conflicto, han sido expulsados de sus sitios de origen para intentar iniciar una nueva vida -casi siempre penosa- en otro lugar del planeta. 

Judíos, palestinos, armenios, griegos, kurdos, irlandeses, africanos varios, 17 millones de alemanes expulsados de sus tierras después de la Segunda Guerra Mundial y ahora los refugiados del conflicto civil en Siria más los rohingyas de Myanmar, son un incompleto recuento de vejámenes que millones de personas de diversas razas debieron soportar en algún momento de sus desgraciadas vidas o que penosamente los sobrellevan ahora. Se cuentan más de 68 millones de desplazados en el orbe, a lo que debe agregarse una masa migrante que en procura de oportunidades laborales o calidad de vida fluye hacia otros lugares. La solución de estos temas aún parece lejana. Se tiene países más receptivos y otros menos, pero por lo general existe recelo ante una oleada que llega en estado de desesperación. Hay duros que cerraron fronteras y castigan a quienes ayudan a refugiados; tal el caso de Hungría. 

En 1950 la Organización de las Naciones Unidas  (ONU) designó un Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR). Su mandato: brindar ayuda y protección a los refugiados. Once mil trabajadores del ACNUR están presentes en 130 estados del orbe. En fin, es un hecho que los refugiados sufren indignos tratamientos y se debe hacer más por ellos. Es imperativo que la comunidad internacional solucione esta tragedia mediante esfuerzos capaces de darle a los refugiados patrias nuevas, en donde puedan vivir sin temor, trabajen honestamente y progresen.

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